Una historia sobre la vergüenza y el silencio

La primera novela de la gran cuentista vasca, galardonada con el premio 111 Akademia. Una novela autobiográfica sobre el alcoholismo de su padre: una historia sobre la vergüenza y el silencio.

Publicación: 16 de febrero de 2023

«Nadie como ella sabe detenerse en las esquinas ocultas de la realidad, ahí donde geométricamente es imposible llegar. Ahí donde se acumula suciedad y, en definitiva, realidad, sobre todo aquella que no queremos ver». 
Laura Ferrero, ABC

Diciembre de 2018. Una hija visita a su padre en la unidad de ictus de un hospital. Él está inconsciente, ella tiene miedo, los médicos son cautos y hacen mención a un hígado dañado, y en el silencio que se expande entre padre e hija retumban más de tres décadas de mutismo, de caricias no dadas, palabras no dichas y frases vacías de sentido e impregnadas de alcohol. Para ella, que observa al padre que lentamente recupera la consciencia y la movilidad, se impone ahora la necesidad de escribir contra ese largo silencio para reconstruir la historia de un hombre alcohólico y deshecho, que es también la suya y la de su familia.

Casi un año después de sufrir su primer ictus, el padre tiene un segundo accidente que, esta vez, le cuesta la vida y pone fin a un lento proceso de autodestrucción que es consecuencia de su adicción. Ante la pérdida, la hija adulta se queda con muchos interrogantes sin respuesta y un puñado de cartas de juventud que le traen la voz de un hombre que no llegó a conocer del todo a pesar de los años de convivencia y tantos momentos compartidos. Entre recuerdos propios, impresiones y los escuetos relatos de la familia surgen entonces las palabras para romper el silencio, para tantear una explicación y dejar que, junto a la vergüenza y el dolor, el amor que la hija profesa por el padre encuentre también su forma de expresión.

En su primera novela, Eider Rodríguez reconstruye el relato de una familia, una época y un lugar, y removiendo los cimientos de una relación compleja, compone una brutal carta al padre alcohólico en la que caben todo el dolor y el amor que una hija puede sentir.

«Nunca me contaste un sueño, a pesar de que durante años te despertaste para prepararme el desayuno a las 6.45 y solíamos estar los dos solos en la cocina. Era el único momento del día en que estabas sobrio, con el batín granate bajo el que resaltaban tus piernas blancas y delgadas. Sabías la medida exacta de leche que necesitaba el tazón de ColaCao, nunca echabas una gota de menos ni de más. En cuanto servías el cacao y el zumo de naranja, volvías a la cama, aún de noche. Desayunaba sola bajo la luz de la campana extractora, ese pequeño resquicio de vida que se abría en la oscuridad.

 Nunca me peinaste el pelo, pero siempre venías a buscarme al aeropuerto.

 La última vez que te acaricié: eso es lo que mejor recuerdo. Me gustaría volver a hacerlo. Es lo único que consigue conmoverme. Pero no he de olvidar que te acaricié solo porque te morías».

@Lauder Garro

Eider Rodríguez (Rentería, 1977) cursó estudios en la Universidad del País Vasco, en la Sorbonne Nouvelle de París y en la Universidad Complutense de Madrid. Licenciada en Publicidad, es doctora en Literatura. Siendo editora publicó su primer libro de relatos, Y poco después ahora (2004),  al que siguieron Carne (2007), Un montón de gatos (2010) y en 2017, Bihotz handiegia (Un corazón demasiado grande), galardonado con los premios Euskadi de Literatura y Euskadi de Plata. Estos últimos relatos se incluyeron en Un corazón demasiado grande (Random House, 2018), que recoge también una selección de sus mejores cuentos anteriores. Además, ha cultivado otros géneros como el cómic, el ensayo y la traducción. Material de construcción, ganadora del Premio 111 Akademia, es su primera novela. Actualmente reside en Hendaya con su familia, rodeada de árboles, plantas, libros y animales.

Sobre Material de construcción se ha dicho:

«Me ha parecido una maravilla. Es una carta al padre, honesta y dolorosa, a corazón abierto, y una indagación sobre el poder de la escritura. Una excavación en los recuerdos para explicarse su propia identidad; una excavación y una construcción, como si construyera hacia abajo o hacia dentro con mucha inteligencia e, intuyo, valentía». 

Sara Mesa

«La primera novela de Eider Rodríguez es un ejercicio bello y duro de construcción: una poética implacable contra el dolor, una mirada al mundo que redefine el pasado, un modo de entender la literatura fuera de la norma. Este libro es un monumento fragmentario sobre la memoria, los lazos familiares y la identidad rota. No puedo enumerar una lista de escritores a los que Rodríguez me recuerda porque su escritura es única». 

Pol Guasch

«La prosa de Eider Rodríguez, deslumbrante y afilada, nos ayuda a imaginar, pensar y sentir nuestra propia relación con la violencia no desde la denuncia moral o la ideología, sino desde espacios afectivos de incomodidad e incertidumbre». 

Eduarne Portela

«Una prosa inteligente, precisa, sin concesiones». 

Kirmen Uribe

«La literatura sirve para desentrañar y comprender, y Material de construcción, escrito desde una honestidad incondicional, responde a ese objetivo desde el convencimiento de que algunas cosas solo se pueden entender si se escriben». 

Natxo Velez, EITB Radio Televisión Pública Vasca

«Eider Rodríguez vuelve con una obra que resultará ser una marca de agua nueva e importante tanto en su trayectoria como en la memoria de sus lectores. Se trata de un libro intenso, profundo y al mismo tiempo valiente, de una honestidad salvaje. Literatura con letra mayúscula, urgente y necesaria. Desconcertará, turbará y conmoverá a quien lo lea». 

Harkaitz Cano

«Un hermoso trabajo literario que llevará al lector a esa zona brumosa situada entre la desesperación y el recuerdo. Escritura contenida y calibrada. Un estilo excepcional. Es conmovedor presenciar de qué manera influyó la muerte del padre en la protagonista. Un desnudo psicológico profundo. Quizá algunos lectores definan este libro como la protagonista define a su padre: salado y agrio. Sin lugar a dudas, una obra maestra».