Abel Quentin satiriza la cultura de la cancelación en la era ‘woke’ en ‘El visionario’

Libros del Asteroide publica El visionario, de Abel Quentin, una de las voces más interesantes del actual panorama literario francés, que enfrenta en esta novela a dos generaciones en un combate ideológico todavía por resolver. 

A través de la caída en desgracia de un ingenuo antihéroe en la era de la cultura woke, el joven escritor construye una brillante radiografía de nuestro tiempo, una afilada sátira sobre la cultura de la cancelación que ha sido galardonada con el Prix de Flore y el Prix Maison Rouge tras ser finalista de los premios Goncourt, Femina y Renaudot.

Jean Roscoff es un jubilado y recién divorciado profesor universitario que intenta hacerse un hueco en la intelectualidad del momento escribiendo un libro sobre un poeta estadounidense prácticamente desconocido que murió en un accidente en Francia a principios de los años sesenta. Tras su publicación en una pequeña editorial, la tranquila vida de este dará un vuelco cuando lo que parecía un inofensivo ensayo desate una polémica en las redes sociales que lo situará en el punto de mira de la opinión pública.

Con un elegante y devastador sentido del humor, El visionario se cuela en las grietas del aparentemente monolítico juicio público al que es sometido Roscoff para evidenciar la quiebra de los actuales patrones sociales.

Abel Quentin (Lyon, 1985) es escritor y abogado penalista. Con su primera novela, Soeur (2019), fue candidato al Premio Goncourt y finalista del Goncourt des Lycéens 2019. Su segunda novela, El visionario (2021; Libros del Asteroide, 2023), ha recibido el Prix de Flore y el Prix Maison Rouge y estuvo asimismo seleccionada para los premios Goncourt, Femina y Renaudot.

«La gran novela sobre la cultura de la cancelación. Es, sobre todo, la revelación de un escritor extraordinario (…) El lector no podrá soltar esta novela.»
Frédéric Beigbeder

«Una fábula cómica, con una evidente influencia houellebecquiana, rica y ambivalente: es ante todo el melancólico retrato de un hombre inadaptado.»
Raphaëlle Leyris (Le Monde)

«Quentin narra el examen de conciencia de un intelectual superado por los acontecimientos a la vez que se ríe con elocuencia de cierta izquierda devorada por sus propios hijos (…) Este heredero de Balzac tiene más de un as en la manga.»
Louis-Henri de La Rochefoucauld (L’Express)

«Con un humor devastador, Quentin hace un desmesurado elogio al matiz.»
Christian Desmeules (Le Devoir)


 
Abel QuentinEl visionario

«Mi entorno empezaba a abandonarme para ponerse a cubierto. La imprevisibilidad de la polémica moderna es lo que tiene: la gente teme que la pillen en falta. En casos extremos, ese miedo puede incluso convertir a según quiénes en delatores. Nadie quiere formar parte de la siguiente ronda de damnificados, así que toman la delantera y dan un nombre. Ya no basta con saberse por encima de cualquier suspicacia: hay que demostrarlo aullando con los lobos. Algunas deserciones fueron más dolorosas que otras. Por ejemplo, que mi editor me dejara en la estacada no fue ninguna sorpresa. Lo hizo de manera quirúrgica después de que la bandeja de correo de Dialogues se saturase de mensajes ofensivos. En un email que me reenvió Léonie descubrí la entrevista que había concedido a la revista Lire. “Paulin Michel: me faltó criterio”, anunciaba la entradilla.»