10 libros aclamados por la crítica e insufribles para muchos lectores

Unir las opiniones de críticos y lectores no siempre en fácil, mas bien lo contrario. Muchos libros aclamados por la crítica son infumables para los lectores. Las razones son varias: su extensión, su complejidad o simplemente la incapacidad de encontrar las horas suficientes para apreciarlos.

Seleccionamos 10 de ellos.

Ulises de James Joyce

A comienzos de los años veinte, cuando Ulises comenzó a ser publicada en la revista norteamericana Little Review, publicación que fue interrumpida en el episodio XIII por orden gubernamental, James Joyce engrosaba el elenco de celebridades que pululaban por París.El escritor proscrito que ya había alcanzado cierta notoriedad por Dublineses y Retrato del artista adolescente, no era, pues, un oscuro desconocido al que simplemente se le había ocurrido escribir unas cuantas obscenidades.

Tu rostro mañana de Javier Marías

Tu rostro mañana, la obra cumbre de Javier Marías, como lo que en realidad es: una sola, grandiosa y monumental novela, que la crítica extranjera ya ha saludado como una de las cimas literarias de nuestro tiempo.

Uno de los mejores libros en español de los últimos 25 años según Babelia.

Publicada originalmente en tres entregas (Fiebre y lanza , 2002; Baile y sueño, 2004; Veneno y sombra y adiós, 2007), se ofrece ahora Tu rostro mañana, la obra cumbre de Javier Marías, como lo que en realidad es: una sola, grandiosa y monumental novela, que la crítica extranjera ya ha saludado como una de las cimas literarias de nuestro tiempo.

El narrador protagonista, Jacques o Jaime o Jacobo Deza, conoce los inesperados rostros de quienes lo rodean y también el suyo propio, y descubrirá que, bajo el mundo más o menos apaciguado en que vivimos los occidentales, siempre late una necesidad de traición y violencia que se nos inocula como un veneno.

Una historia que es mucho más que una historia apasionante, contada con la maestría de uno de los mejores novelistas contemporáneos, tal vez el más profundo y arriesgado.

Un buen partido de Vikram Seth

«Tú también te casarás con quien yo diga», le dice la señora Rupa Mehra a su hija Lata al principio de esta historia. Desde ese momento, la búsqueda de un buen partido para Lata se convierte en el motor de este extraordinario fresco de la India de los años cincuenta, un país que aún restaña las heridas de su reciente independencia; donde los esfuerzos modernizadores tropiezan con las ancestrales costumbres y donde los matrimonios se concertan por intereses familiares. En la tradición de Tolstói, George Eliot o Jane Austen, Vikram Seth nos ofrece una verdadera tranche de vie en la que los personajes viven, sienten, aman, odian y luchan por escapar o alcanzar su destino.

A la busca del tiempo perdido de Marcel Proust

Para muchos historiadores y críticos, «En busca del tiempo perdido» no sólo es una obra cumbre de las letras francesas del siglo xx, sino también una de las más grandes creaciones literarias de todas las épocas, en la que la trasposición en el relato de la vida de Marcel Proust (1871-1922), así como de personajes y ambientes sociales de su tiempo, dio forma a un nuevo y fecundo camino en el campo de la novela. «Por el camino de Swann» es el primer volumen de la serie que completan, por este orden, «A la sombra de las muchachas en flor», «El mundo de Guermantes», «Sodoma y Gomorra», «La prisionera», «La fugitiva» y «El tiempo recobrado».

El proceso de Franz Kafka

Obra emblemática, junto con “El castillo” y “La metamorfosis”, de lo que se ha dado en llamar “lo kafkiano”, “El proceso” se cuenta entre las pocas obras de la literatura que han alcanzado el raro destino de desbordar ampliamente los meros límites de su naturaleza como relato. En efecto, en esta novela que se inicia con el arresto, una mañana, de Josef K., supuestamente acusado de un delito que nunca llegará a conocer, y quien a partir de ese momento se ve envuelto en una maraña inextricable regida por un mecanismo omnipresente y todopoderoso cuyas razones y finalidades resultan inescrutables, Franz Kafka forjó una vigorosa metáfora de la condición del hombre moderno. 

La vida instrucciones de uso de Georges Perec

La vida instrucciones de uso fue considerada desde su aparición como una obra maestra, y con los años su importancia no ha dejado de crecer. Así, este monumento literario inclasificable –del que se ha dicho que es un compendio tan enciclopédico como la Comedia de Dante o los Cuentos de Canterbury de Chaucer, y, por su ruptura con la tradición, tan estimulante como el Ulises de Joyce– fue galardonado como la mejor novela de la década 1975-1985 en la encuesta realizada por Le Monde, y, cuarenta años después de ver la luz por vez primera, sigue deslumbrando a nuevas generaciones de lectores por su creatividad inusitada, su lúdica inteligencia, su aliaje, tan inhabitual como triunfante, de sofisticación formal puntera y genuina capacidad adictiva. Entre la primera idea de la novela y su realización transcurrieron nueve años Perec hablaba así de su proyecto: «Me imagino un edificio parisino al que se ha quitado la fachada… de modo que, desde la planta baja a la buhardilla, todos los aposentos que se hallan en la parte anterior del edificio sean inmediata y simultáneamente visibles.» En otra ocasión afirmaba que «todo el libro se ha construido como una casa en la que las habitaciones se unen unas a otras siguiendo la técnica del puzzle».

La broma infinita, de David Foster Wallace 

Resulta curioso que una novela, entre otras cosas, sobre la adicción y el colapso de la cultura del ocio desanime a tantísimas personas. Su más de mil páginas, cientos de ellas son notas al pie, lo convierten en uno de los libros posmodernos clave en la historia de la literatura, pero también provocan que muchos crean que su malogrado autor, que se acabaría suicidando, había escrito, efectivamente, una especie de broma infinita sin gracia. Los lectores actuales trazan una línea en el suelo y separan dos bandos: la aman o la odian.

El arco iris de gravedad

El arco iris de gravedad de Thomas Pynchon

Tyrone Slothrop, un militar norteamericano que trabaja para la inteligencia aliada en Londres en 1944, padece un grave problema: cada vez que cae una de las bombas alemanas V-2, tiene una erección. De niño, Slothrop fue sometido a experimentos pavlovianos por el profesor de Harvard Laszlo Jamf, un científico alemán que trabajaba para los nazis. Laszlo inventó el Imipolex G, un nuevo aislante para cohetes, y condicionó las partes pudendas de Tyrone para que respondieran a la presencia de ese nuevo material. Ahora, ya adulto, sus superiores están investigando la reacción que sufre el protagonista. En una Alemania devastada por la guerra, Tyrone tendrá que huir de extraños enemigos haciendo cabriolas.

Moby Dick, de Herman Melville

Clásico entre los clásicos, intensa, desmesurada, erudita, fascinante, polifónica… Pocas obras podrían reunir más méritos que Moby Dick –por su carácter titánico, aglutinante y fundacional– para aspirar al ansiado trono de «la gran novela americana». Un libro que, como el propio leviatán que atraviesa sus páginas, es monstruoso, intempestivo y sublime. «Llamadme Ismael», el célebre íncipit de la obra maestra de Melville, actúa ya como un hechizo, y la lectura se sucede como una fiebre. Junto a Ismael y el arponero Queequeg, el lector entra a formar parte de la tripulación del Pequod y se ve lanzado a una búsqueda demoníaca e insomne hasta los confines del mundo, una búsqueda que es a la vez aventura y maldición, y cuyos polos son Ahab y Moby Dick —la Ballena Blanca—, dos figuras magnéticas, poderosas, complementarias. Por un lado, el sombrío capitán mutilado, con el alma desgarrada por la sed de venganza, a quien no le importa empujar a sus hombres a una caza encarnizada, infatigable, obsesiva, aunque el precio a pagar sea el más alto; y por el otro, Moby Dick, ese cachalote espectral, escurridizo e invencible, un recipiente alegórico de todas las maldades en el que Ahab y el resto de marineros del Pequod vierten tantos miedos y odios.

Tristam Shandy de Laurence Sterne

Inspirándose en modelos tandispares como El Quijote cervantino, los Cuentos de Voltaire y Obras de Locke, logró Sterne edificar una de las novelas más divertidas que jamás se hayan escrito. Crítico, irónico, ácido y siempre jovial, el Tristram Shandy con sus inefables opiniones- es también un permanente experimento narrativo, una obra literariamente radical y revolucionaria. Por eso, a más de dos siglos de distancia Sterne es en mayor medida que muchos novelistas actuales- un escrito estrictamente contemporáneo.