Hoy día, con la cantidad ingente de novelas de escritores y escritoras de origen nórdico que podemos encontrar en las estantería de cualquier librería, no resulta fácil que reconozcamos todos aquellos nombres que aparecen junto a sus títulos. Pero uno de esos nombres, que seguramente no nos suenen, pronto será uno de los más conocidos. Se trata de Gustaf Skördeman. Una de las razones por las que todavía no nos resulte familiar es porque «Geiger» fue su primera novela, escrita en 2020, pero es ahora cuando llega a más de veinte países, como luce en la solapa de su portada. También podemos leer en ella que llegará a nosotros en forma de serie. No me extraña, porque es un material perfectamente pergeñado para ese formato. Y es que Gustaf, antes que escritor es guionista, director y productor. Responsable de la adaptación de la saga escrita por Viveca Sten, «Los crímenes de Sandhamn».
La experiencia se le nota al autor, y es que aquí nos muestra una historia muy bien tejida, donde nada es lo que parece y sus personajes nos fascinan por su humanidad. Y con esto último me refiero a que son tan humanos que están cargados de imperfecciones, secretos y sentimientos contradictorios, que los hacen tan creíbles.
Este thriller de espionaje nos narra como transcurre la vida de Sara Nowak, una agente de policía donde su labor consiste en luchar contra la prostitución, haciendo de ello su lucha personal. Criada por una madre soltera, pasaba la mayoría del tiempo en casa de sus amigas, las hermanas Broman. Hijas del que fue, en otra época, el más famoso presentador de la televisión sueca. Un día, Agneta, esposa del presentador, recibe una extraña llamada telefónica en la que solo oye una palabra: «Geiger». Inmediatamente saca una pistola y le pega un tiro a su marido en la cabeza, para a continuación desaparecer. Sara, aunque no sea la encargada del caso, se verá obligada a esclarecer lo ocurrido. Como el propio autor comenta, no se pude contar más sin destripar una apasionante trama de espionaje donde los efectos de la Guerra Fría aun siguen latentes en la actualidad.
Se nota las tablas de Skördeman como guionista. Consigue una narración emocionante que nos mantiene enganchados desde la primera página. Pero no queda solo en eso, gracias a su equilibrio entre realidad y ficción, iremos descubriendo aspectos poco conocidos que se desarrollaron durante la Guerra Fría, la cual creemos que acabó con la caída del muro de Berlín. Nada más lejos, aquí veremos como el espionaje y los últimos estertores de la gran potencia antagonista de occidente aun durarían, influenciando en la política internacional. También descubriremos la influencia que ejercía la URSS en otros países, pertenecieran a su órbita o no, como la propia Suecia, donde su imparcialidad era más sutil de lo que se piensa.
Una señal de lo bien documentada que está la novela, es que habiendo sido escrita hace más de dos años, está más de actualidad que nunca. Desgraciadamente podemos ver como transcurre la guerra de Ucrania, y es que como comenta uno de sus personajes refiriéndose a Rusia: «[…] siempre han querido tener estados tapón entre ellos y sus enemigos, como demostraron las invasiones de Hitler y Napoleón. Es un miedo arraigado en el imaginario colectivo ruso: no más guerras en su territorio. La estrategia era una defensa ofensiva, fuera del territorio soviético.[…]» Como se puede ver, perfectamente extrapolable a la situación actual.
Una novela que va a caballo entre el género negro y el de espías. Para lectores que se sientan atraídos por el noir nórdico de autoras como Camilla Läckberg, y el espionaje de Frederick Forsyth o Ken Follet.