Lo más esperado del otoño: La poesía de Manuel Vilas

UNA SOLA VIDA De Manuel Vilas

«Manuel Vilas es probablemente el escritor más peligroso que hay ahora mismo en España. Peligroso en el sentido de singular, independiente e irreductible a todas las convenciones». Javier Calvo, Quimera 

“En estas páginas está mi biografía, mi existencia, y creo que la existencia de muchos, ojalá la existencia de todos. Por eso me encomiendo al verso de Walt Whitman que se cita al principio de este libro: «Contengo multitudes», pues todas estas páginas buscan servir a la vida, a la vida de todos los seres, incluso a la vida de todas las cosas.” Manuel Vilas

Uno de los grandes y más laureados poetas españoles

Antes de cultivar la novela, Manuel Vilas empezó dedicándose a la poesía, un género en el que ha destacado como una de las voces más originales, genuinas y rompedoras de la poesía española de finales del siglo XX y de principios del XXI. Ahora, en Una sola vida, Vilas, siguiendo el modelo de los poetas renacentistas, ha compuesto una autobiografía poética en la que, con un aliento lleno de sinceridad y arrojo, cuenta su historia íntima, intelectual y política sin tapujos, una épica personal y posmoderna que acaba siendo la de todos nosotros. Dividida en los siete días de la semana, que funcionan como los siete estadios de la creación del mundo propio, la antología se acaba transformando en un viaje por los infiernos y los paraísos de una vida desaforada en una sociedad desahuciada. Además de rehacer algunos poemas, el autor ha incluido muchos inéditos, por lo que podemos afirmar que estamos ante uno de los títulos más importantes de su bibliografía.

Manuel Vilas (Barbastro, 1962) es poeta y narrador. Entre sus libros de poesía destacan El cielo (2000), Resurrección (2005; XV Premio Jaime Gil de Biedma), Calor (2008; VI Premio Fray Luis de León), Gran Vilas (2012; XXXIII Premio Ciudad de Melilla), El hundimiento (2015; XVII Premio Internacional de Poesía Generación del 27) y Roma (2020). Su poesía reunida se publicó en 2010 con el título Amor, y su Poesía completa en 2018. Es autor de las novelas España (2008; 2019), que fue elegida por la revista Quimera como una de las diez novelas en español más importantes de la primera década del siglo XXI; Aire nuestro (2009; Premio Cálamo); Los inmortales (2012); El luminoso regalo (2013); Ordesa (2018; Prix Femina Étranger 2019; Alegría (2019), y Los besos (2021). En 2016 se editó la crónica Lou Reed era español, y en 2017 el libro autobiográfico América. Además de los citados, ha ganado el X Premio Llanes de Viajes y el Premio de las Letras Aragonesas en 2015. 

Adiós, hermano mío, la grúa fúnebre te conduce

al infierno del desguace.
Majestuoso, vas hacia la destrucción subido

en una grúa roja, 

como si fueses Luis XVI camino de la guillotina, 

y yo detrás.
Pareces un rey.
Soy el único que ha venido a tu entierro. 

Te he querido.
Rezo por ti un padrenuestro y un avemaría. 

Rezo por ti y me conmuevo.
Eras el mejor.
Y lo que vivimos juntos, y las ciudades que pisamos,
y las carreteras secundarias y los pueblos
y los mares que vimos,
y los párquines subterráneos y los túneles helados
de las carreteras de montaña, con afiladas 

estalactitas a la entrada,
amenazando nuestra milagrosa inocencia,

y los mendigos en las avenidas, 

pidiendo en los semáforos en rojo,

y lo que nos amamos en la oscuridad de las autopistas,
fundidos en un solo ser,

confundida tu carne con mi chapa. 

Me salvaste de la lluvia ácida y de la nieve sin ángeles. 

Con tu aire acondicionado, que está intacto

después de doce años, impediste 

que me quemara vivo en los veranos españoles. 

Ese aire frío que me subía por la pierna, ay.
Y eras blanco,
porque la santidad y el amor industrial y la velocidad son 

blancos.

Y cómo me gustaba tocarte las marchas,
y cómo te ponía la quinta, eh, y qué caña te metías,
narciso, que eras un narciso. 

Y ahora todo ha acabado. 

Doscientos sesenta y ocho mil kilómetros

hemos estado juntos.
Fuimos felices.
Fuimos grandes y definitivos. 

Te doy un beso delante del chatarrero
y de un negro
que lleva un chorreante radiador en una mano. 

Te he amado más que a mis amantes,
más que a mi perro;
casi tanto, pero no tanto, eh, como al dinero. 

Bueno, no te enfades,
tú también fuiste dinero, y aún lo eres,
y yo también soy dinero. 

Perdona que te humille haciendo recaer 

sobre tu hermosa tapicería,
sobre tus ruedas, manguitos
y válvulas que han gloriosamente ardido,

la miseria de España: 

el plan Prever, cuatrocientos euros sociales
(¿os molesta que hable de dinero o de tan poco dinero?), 

para la clase media,
que ama la limosna. 

Tú, que fuiste mi libertad, que me llevaste cerca del paraíso; 

tú, que me hablabas por las noches y me decías
«hermano, qué bien conduces; hermano,
eres el mejor de los hombres». 

Llevo toda la vida escribiendo poesía. Me casé con la poesía. Harto, me divorcié de la poesía y me casé con otra, que resultó ser también la poesía. La poesía ha sido mi familia, mi destino, mi casa, mi nación y mi memoria. 

Tal vez la poesía me haya arruinado la vida, pero ahora ya es tarde y no tiene solución y además no importa. 

El trabajo de mi vida, porque vivir es un trabajo, ha sido ella, la poesía. Toda la vida intentando ver poesía por todas partes. Porque si no sentía poesía por todas partes no sabía vivir. 

He sido un iluso, un entusiasta, un clemente. Uno que creía en la belleza de las cosas. Un cantamañanas, eso he sido. Ya me da igual si he sido un buen poeta o no, qué más da. La vanidad del oficio me es indiferente, porque ya ha pasado el tiempo de la vanidad. Lo importante ahora es seguir viviendo con la fantasía y la ilusión de la poesía dentro del corazón. Además, los buenos poetas se suicidan o se mueren enseguida, y yo pienso vivir un siglo y presidir mi centenario, en una cena de gala, en donde leeré un último poema, que será de profundo agradecimiento a la vida, y en ese poema futuro le rogaré a la vida me permita llegar a los ciento y un años. 

Iluso, entusiasta, clemente, siempre está ella, la poesía, en todas partes. Una forma inmarchitable de fervor, eso es la poesía. 

Por ese fervor, para honrarlo y acrecentarlo, he querido reunir en el presente libro los poemas que más me gustan, o los que más me emocionan, o me seducen, o me perturban, o me hechizan. También se publican por vez primera un montón de poemas inéditos. Y he reescrito unos cuantos. Les he dado otro aspecto. Ropa nueva para todos. 

Día de fiesta para todos. Yo creo que el libro que tiene en sus manos el lector es completamente original. Yo creo que este libro es nuevo. No es una antología, sino un testamento personal. Un testamento dividido en siete partes; cada una de ellas se llama como los días de la semana: lunes, mares, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo. 

Es una invitación a ti, lector, a pasar una semana conmigo. Son siete días de vacaciones al lado de mi alma, esperando que mi alma sea la tuya. 

Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo, esa es la estructura de este libro, como la de nuestras vidas. 

Lunes: Juventud y rebeldía

Martes: Un hombre de cuarenta años

Miércoles: Un número de teléfono

Jueves: La alegría

Viernes: La historia

Sábado: El poeta de cincuenta años

Domingo: Todos los colores del mundo