Tal día como hoy, en 1882, nacía en Londres una de las escritoras pioneras del movimiento feminista. Virginia Woolf es y será recordado por escribir sobre las injusticias sociales, políticas y sexuales que sufrieron las mujeres, en un contexto en el que ni si quiera se concebía al feminismo como un movimiento social.
Ella no tenía pelos en la lengua ni calambres en los dedos para decir y escribir con majestuosa inteligencia cuanto se le ocurriera. Por eso dejó bien claro desde siempre el alcance de su genio y profundizó en las entrañas de la literatura del siglo XX como pocas personas.
Pero no es que leyó e investigó para hacer ensayos maravillosos, es que además –usted lo sabe– creó con atrevimiento y gozo algunos de los pasajes más encantadores de la literatura de esa centuria. Hoy la recordamos como una de las enormes autoridades del mundo de las letras, a la altura de Borges, Joyce y Beckett. Por eso había que reproducir a continuación sus 25 frases más famosas, por eso y para disfrutar del hermoso acto de agarrarlas fuera de contexto.
1. «La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata.»
2. «No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.»
3. «Amar nos separa de los demás.»
4. «Cada uno tenía su pasado encerrado dentro de sí mismo, como las hojas de un libro aprendido por ellos de memoria; y sus amigos podían sólo leer el título.»
5. «El amor es una ilusión, una historia que una construye en su mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión.»
6. «Sólo el cielo sabe por qué lo amamos tanto.»
7. «Sí, siempre mantén los clásicos a mano para prevenir la caída.»
8. «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción.»
9. «Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien.»
10. «Nos produce náusea la vista de personalidades triviales que se descomponen en la eternidad de lo impreso.»
11. «La vida misma, cada momento de ella, cada gota de ella, aquí en este instante, ahora, en el Sol, en Regent.»
12. «Middlemarch, el libro magnífico, el cual con todas sus imperfecciones, es una de las pocas novelas inglesas para gente madura.»
13. «Yo me aventuraría a pensar que el Anon (anónimo), quien escribiera tantos poemas sin firmarlos, fue a menudo una mujer.»
14. «Quería escribir sobre todo, sobre la vida que tenemos y las vidas que hubiéramos podido tener. Quería escribir sobre todas las formas posibles de morir.»
15. «El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada.»
16. «La verdad que escribir constituye el placer más profundo, que te lean es sólo un placer superficial.»
17. «Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito.»
18. «Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre, el doble de su tamaño natural.»
19. «Es obvio el que los valores de las mujeres difieren con frecuencia de los valores creados por el otro sexo y sin embargo son los valores masculinos los que predominan.»
20. «Nada hay tan raro cuando se está enamorada como la total indiferencia de los demás.»
21. «-Acuérdate de mi esta noche-, su voz sonó frágil y delgada y muy lejana.»
22. «Su cerebro se encontraba en perfecto estado. Seguro que el mundo tenía la culpa de que no fuera capaz de sentir.»
23. «Uno no puede traer hijos a un mundo como este; uno no se puede plantear perpetuar el sufrimiento, ni aumentar la raza de estos lujuriosos animales que no poseen emociones duraderas, sino sólo caprichos y banalidades que ahora te llevan hacia un lado y mañana hacia otro.»
24. «Todo es efímero como el arcoíris.»
25. «Y de nuevo volvió a sentirse sola ante la presencia de su eterna antagonista: la vida.»