Contra la estupidez, aprende a pensar

Un libro que acerca al lector al pensamiento de quienes han pensado antes

El método definitivo contra la estupidez

¿Para qué sirve pensar, reflexionar sobre el mundo que nos rodea? ¿Cómo aprender a pensar? Este libro responde a ambas preguntas y nos muestra lo que nos enseñan algunos de los grandes pensadores que nos han precedido.

Pensar no es un mero pasatiempo teórico. Nos ayuda a combatir los prejuicios; a darnos cuenta de las «trampas» de la lógica que emplean políticos, publicistas o religiosos para no caer en ellas; a tener criterio para definir los límites y las posibilidades de los avances científicos.

Pero, en contra de lo que parecen indicar los actuales planes de estudio y reformas educativas, para pensar es necesario tener conocimientos, aprender.
Hoy día se discute con frecuencia si es preferible ser inteligente o tener conocimientos. Es una discusión tonta porque ambas cosas, saber e inteligencia,

solo pueden avanzar si van de la mano. Quien se empeña en opinar antes de estudiar, por aquello de que la inteligencia es más importante que el saber, solo podrá dar opiniones tontas.

“La filosofía siempre es útil, porque pensar siempre lo es. ¿Para qué sirve reflexionar sobre la amistad para quien por su buen carácter ya tiene amigos? ¿Para qué sirve reflexionar sobre el tiempo o el espacio si ya estamos irremediablemente metidos en ellos? Pues para ser inteligentes, que es algo que nunca está de más.”

En Contra la estupidez, aprende a pensar, Ricardo Moreno nos aproxima a los pensamientos de filósofos como Aristóteles, Epicuro, Hume, Robert Louise Stevenson o Russell, entre otros, a lo largo de sus 14 capítulos.

“La idea era un libro que «enseñara a pensar», y como tengo la firme convicción de que a pensar, igual que a hablar o a cualquier otra cosa, también aprendemos por imitación, se me ocurrió esta especie de filosofía en alpargatas, una filosofía de estar por casa para acercar al lector al pensamiento de algunos de quienes han pensado antes que nosotros.”

“La elección de los filósofos ha sido fruto de la simpatía por ellos. Soy un lector epicúreo, no leo más que por gusto y solo por gusto escojo a mis autores.”

¿En qué consiste eso de filosofar?

“A algunos griegos se les ocurrió que, además de hacer cosas, podían pensar sobre las cosas que hacían. Por ejemplo, no solo creaban obras bellas, sino que empezaron a pensar sobre lo que es la belleza.

Hay muchas palabras cuyo significado creemos conocer a fuerza de utilizarlas en nuestra vida cotidiana, pero si nos preguntaran lo que queremos decir con ellas no sabríamos contestar.

Sucede que esa tendencia que tenemos los humanos a marear la perdiz, a preguntarnos sobre lo que las cosas son, aunque la mayoría de las veces la respuesta lleve consigo nuevos interrogantes, es justamente eso lo que nos hace humanos.

Los griegos no solo hacían cosas, sino que reflexionaban sobre las cosas que hacían. Esto es, los griegos filosofaban.

En eso consiste el filosofar, en reflexionar sobre las cosas que hacemos cuando no estamos filosofando. Digamos que la tarea de la filosofía consiste en reflexionar sobre las demás tareas. Nadie puede eximirse de filosofar sin perder una parte importante de su condición humana.”

¿Para qué sirven las ideas?

“Cuando reflexionamos sobre algo estamos buscando la idea de lo que es ese algo, saber en qué consiste, o dicho más filosóficamente, llegar a su esencia. Pero las ideas no existen fuera de nuestra cabeza. Entonces, si las ideas no existen en la realidad, ¿para qué sirven? Pues las ideas sirven para pensar.