El convector Toynbee, de Ray Bradbury

Minotauro nos vuelve a brindar la oportunidad de seguir disfrutando de estos autores clásicos a través de su colección “Biblioteca de autor”. Clásicos revisados que podemos descubrir, o revisitar, gracias a esta editorial.

Esta vez le llega el turno a esta recopilación de relatos del maestro Ray Bradbury. Autor puntero, que conocido por sus icónicas novelas, entre ellas el clásico “Fahrenheit 451”, fue autor de cientos de relatos cortos. Uno de los recopilatorios de relatos más conocidos es su famoso “Crónicas marcianas”. Todos ellos llevando como hilo conductor la colonización del Planeta Rojo, donde en forma de metáfora repasa la actitud de la sociedad estadounidense, o del comportamiento humano en general, como el racismo, la guerra o la autodestrucción.

Y es que todos los relatos de Bradbury llevan una doble lectura, ya transcurran en un planeta lejano, o en una urbanización de clase media de cualquier ciudad. En “El convector Toynbee” no iba a ser menos, y ya en el primer cuento, que da nombre a este libro, podemos ver como un viajero en el tiempo trajo lo más preciado e importante de ese supuesto futuro, para entregar a los hombres del presente: esperanza; o como en “La historia de amor de Laurel y Hardy” es ese amor lo único que importa, hasta las últimas consecuencias. Incluso se atreve a mezclar géneros, y encontramos una preciosa historia de amor que se gesta en Marte, por uno de sus habitantes, pero que no presagia nada bueno. También repasa en sus cuentos las pasiones, los anhelos, el paso del tiempo, o el miedo irracional. Porque en este libro admiramos más el talento del autor, que sale airoso de cualquier género. Y es que en este compendio acude a varios, desde el relato convencional, la ciencia ficción, obviamente, historias románticas… Pero en especial me han llamado la atención dos de sus relatos que podríamos ubicar en el terror. Admirable como puede transmitir ese miedo con solo sugerir lo que nos acecha en la oscuridad, sin necesidad de descripción, nos demuestra que nuestra imaginación puede llegar a ser nuestra peor enemiga, como les ocurre a los protagonistas de “Escotillón” o la genial “Al final de la escalera”. También se atreve con el humor. Envolviendo con una fina ironía, vemos como un hombre octogenario vuelve a ser feliz al ver como una parte de su anatomía se vuelve a levantar después de tantos años, o como le damos más importancia a lo material, ignorando a la propia congénere. Me encantaría analizar cada uno de estos relatos, porque esconden tanto entre líneas, tanto mensaje y lección de vida, pero prefiero que los leáis, los disfrutéis y saquéis vuestras propias conclusiones.

Sigue siendo un placer para la vista degustar la preciosa prosa de este autor. Disfrutable también gracias a la traducción que ha realizado Minotauro en esta nueva edición. En la cual encontramos algún cuento que ya apareció en otras compilaciones como son “En el Orient, rumbo al norte” o “Al oeste de octubre”, que leímos en “De las cenizas volverás”, brindándonos la oportunidad de volver a disfrutar de estos dos preciosos cuentos; así como de la intrigante “Una pizca de petulancia”, del extraordinario recopilatorio de género negro “Los muertos no resucitan”. Sirvan estos cuentos como reclamo para los que aún no los habéis leído, y poder seguir disfrutando de la pluma del maestro.

Un auténtico placer para los sentidos leer estos relatos de Ray Bradbury. Un escritor que trasmitía tanto con tan poco. Que afortunadamente nos dejó tanto material, donde su legado no solo ha sido entretener, también algo tan o más importante a la hora de leer, hacernos pensar.