Curiosa la vida, en el instituto me costaba un mundo aprobar la asignatura de física, sin embargo, con los años, y a través de descubrir muchos textos divulgativos y amenos, hoy día es una ciencia que me cautiva. He ahí la importancia de cuan importante es la manera de transmitir conocimientos. Todos recordamos a algún profesor especial que nos hacía de su asignatura algo entretenido, y la cual no nos costaba aprobar. El libro que nos ocupa hoy es el ejemplo vivo de ello.
Yo creo que la semillita de mi curiosidad por la física me la inculcó la serie documental del icónico Carl Sagan. He de admitir que lo descubrí tarde, pero gracias a internet, me fue más fácil acceder a su trabajo. Y fue por medio de esta herramienta a la que seguí accediendo al maravilloso mundo de la ciencia. A través de todas esas horas ociosas enlazando vídeos y artículos, llegué a un tal José Manuel Sánchez Ron. Para explicar quién es y cual es la obra de este físico e historiador de la ciencia y académico de la Real Academia Española es mejor que visitéis su página de Wikipedia, aquí en este modesta reseña no cabría.
Un día cualquiera oyendo la radio, cuál fue mi sorpresa al descubrir que estaban entrevistándolo por motivo de la publicación de su nuevo libro, que llevaba el sugerente título de “La vida de la ciencia y la ciencia de la vida”, y claro, tuve que hacerme con un ejemplar de esta recopilación de artículos y textos donde recorre ese doble territorio de la ciencia y la vida, dando su particular punto de vista, señalando el estrecho lazo que nos une, y lo presente que está la ciencia no solo en nuestro día a día, sino recordándonos quienes somos, tanto como especie evolucionada como únicos seres racionales del universo, o al menos ante lo demostrado a día de hoy. De como nuestros conocimientos, que creíamos inamovibles, pueden variar y mañana parecer obsoletos a raíz de un nuevo descubrimiento.
El poder de sorprendernos ante lo demostrado por la ciencia como el propio autor señala citando a uno de los físicos más famosos de la historia: “¿Cómo puede ser —se preguntaba Einstein en 1957— que la matemática, un producto de pensamiento humano independiente de la experiencia, se adecue tan admirablemente a los objetos de la realidad?” Demostrándonos que la curiosidad es la causante del avance científico.
Este libro me recuerda a un vídeo que circula por la red y que comienza en el microcosmos de un cuerpo humano, que de forma subjetiva se va alejando hasta un macrocosmos donde podemos observar miles de galaxias. Porque todo eso abarca José Manuel con sus textos. De forma amena y subjetiva nos hace un repaso desde el comienzo del mismísimo Universo, pasando por el inicio de la vida, el desarrollo cognitivo y evolución tanto del ser humano como de las diferentes especies que habitan este maltrecho planeta, el cual permitió nuestra existencia, y que irónicamente le pagamos el favor provocando su destrucción. Todo ello a través de veinticinco interesantes capítulos, donde no solo repasa estos acontecimientos, sino que con breves pinceladas nos describe a las grandes mentes de la ciencia. Todo ello de forma breve y entretenida. Haciendo que este libro nos sepa a muy poco. Pero no conformándonos con la pluma de este físico, Nørdica, como nos tiene acostumbrados esta editorial, nos hace llegar un bonito libro en tapas duras, al que cada capítulo lo acompaña una preciosa ilustración creada por el alcañizano Alberto Gamón, que ha conseguido en cada una de ellas comprimir el contenido del texto de forma brillante, jugando con el doble sentido, que en un dibujo solo puede conseguirlo alguien tan perspicaz. Yo en cada una de ellas me quedo embelesado al comprobar como en un trazo a primera vista sutil, encierra tanto, y la inteligencia para llegar a crearla.
Una joya de libro con el que disfrutarán todos los curiosos, y a los que no lo son, seguro que despertará esa curiosidad innata que todos llevamos dentro que hace que nos preguntemos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Esta última cuestión no nos la resuelve este libro, pero ayudará a leer las señales de cual será ese destino.