Asesinato en el lago Sunrise se presenta como un thriller romántico de trama paranormal y ritmo trepidante que promete enganchar al lector. Sin embargo, la novela, sumamente entretenida, es perfecta como lectura ligera o como medio de desconexión siendo justamente estos atributos, su ligereza y agilidad, los que la definen, más que la intensidad o el ritmo propios de los thrillers…
Stella oculta un traumático pasado del que se siente a salvo en Sunrise Lake, el resort que dirige. Las pesadillas de su infancia han regresado, por lo que sabe que un asesino en serie anda de nuevo suelto y que sus amigos están en peligro. Aunque la trama parece sencilla y la verdad es que los giros dramáticos no pueblan las páginas, la tensión del relato radica en la carrera a contrarreloj de Stella para detener al criminal.
A este suspense solo se le suma una subtrama, la que une a la protagonista con Sam, su mano derecha en el complejo. No se trata una historia de amor apasionada, sino de la dulce consolidación en relación de una atracción ya existente. El personaje de Stella es original y en cierto modo se aprecia una discreta evolución en él, sobre todo en su forma de confiar en los demás. Sam, el coprotagonista, es un personaje un poco cliché (enigmático, fuerte, protector…), pero que cumple bien su rol en la trama. Además, su voz está tan lograda y la autora le ha otorgado un perfil lingüístico tan personal que en pocas páginas el lector siente que le conoce a la perfección: y es así, es un personaje que ya hemos leído o visto en muchas ocasiones, pero que funciona, que gusta.
Los personajes secundarios son, en esencia, las amigas de Stella. De cada una de ellas, la autora va deslizando a lo largo de los capítulos una completa presentación, de modo que hacia la mitad del libro el lector empatiza con todas las del grupo y sus dinámicas afectivas y de confianza son parte de la ambientación. En cuanto a esta, es lo que más me ha gustado del libro. Es una ambientación muy cozy: un resort de cabañas perdido entre montañas especializado en pesca, escalada y actividades deportivas al aire libre; un alojamiento responsable con su entorno… Me ha llamado mucho la atención la importancia que la autora da a los perros en la historia, algo que me ha encantado.
Es un libro breve y de fácil lectura con una estructura narrativa lineal, de narración omnisciente, ritmo constante y estilo coloquial. La sencillez del libro, junto con la intriga de su trama, me mantuvieron pegada a las páginas y a su misterio. Por su parte, debo confesar que el final es apresurado y sin suficiente desarrollo; no está a la altura del resto del libro, pero el camino merece la pena.
Como pega, no puedo dejar de comentar que hay algunas expresiones machistas (como “reclamar” a una mujer en el sentido de propiedad) que se repiten a lo largo del libro y que me han sacado de la lectura. Aunque por el entorno rural y tradicional pueda asumir la adecuidad de estas frases hechas en esta novela, leer estas expresiones en una historia situada en Occidente en el siglo XXI me chirría demasiado…
En definitiva, un libro de entretenimiento totalmente recomendable.