El parisino de Isabella Hammad

El parisino es el extraordinario debut de la británica Isabella Hammad en el mundo de la novela. Una obra muy lograda, capaz de atraer la atención del lector por su historia (inspirada en la vida de su bisabuelo), su narrativa, su ritmo y su ambientación temporal tan especial. 


El parisino narra el viaje geográfico y personal del palestino Midhat Kamal que comienza en 1914 desde su Nablus original pasando por Estambul y El Cairo hasta Montpellier y París. Un viaje en el que la narradora se ocupa siempre de conectar lo personal con lo político; una obra que desde el traslado original de nuestro héroe Midhat Kamal, quien navega para continuar sus estudios de medicina en Francia, se convierte en una lectura realista y convincente.


Hablando de esa sensación de realidad podemos decir que es muy intensa y está estratificada en varios niveles. El momento histórico y el geográfico están completamente desarrollados, con una atención constante a los detalles de la vestimenta, del mobiliario y de la arquitectura. Incluso el lenguaje del advenedizo Midhat matriculado en la Universidad de Montpellier esta descrito con la precisión accidental de una persona que usa un segundo idioma, como es el francés para él.


Los personajes y las relaciones entre ellos están bien trazados, lejos de ser planos son seres que cobran vida mediante una interioridad cuasi salvaje en ocasiones. El crecimiento interior y la adquisición del sentido de sí mismo en Midhat, a través de sus diferentes edades y estados de conciencia, son el hilo conductor de la trama. Y la conciencia, precisamente, no solo de su mente sino de sus miembros se convierte para él en una lucha perpetua que ocupa toda la novela.


En Montpellier Midhat conoce a la hija de su anfitrión, el Dr. Molineu, Jeannette, de la cual se enamora perdidamente, pero una circunstancia controvertida entre el doctor y él le obliga a viajar a París para vivir los años veinte en la capital francesa.
Sin olvidar a Jeanette regresa a Nablus, desconocedor de que su amada le ha escrito una carta, la cual ha sido interceptada por su padre. Una vez casado y establecido descubre la verdad sobre su amada Jeanette, la cual aboca a Midhat a un ajuste de cuentas final con su pasado. Esta sección es tan bella como sorprendente, y se hace eco de las inesperadas transformaciones sociales provocadas por la resistencia anticolonial, a la vez que se maravilla de lo rápido que las costumbres pueden degradar la forma pura de cada ser humano.


Todo esto y más convierten a El parisino es una lectura impecable en todos los sentidos, una obra digna de ser considerada un clásico de esta década, un homenaje a los sentidos y al placer de la lectura.