Tras el éxito de Mongo Blanco, el autor conjuga la novela negra, la sátira política y la denuncia social en El asesino inconformista, una original historia de amor, humor y muerte.
Valiéndose de una trabajada prosa llena de ironía e inteligencia, Carlos Bardem realiza el prodigioso retrato de un antihéroe carismático y complejo atrapado en una sociedad dominada por la inmoralidad y la corrupción.
EL ASESINO INCONFORMISTA
Fortunato es un asesino a sueldo, culto, elegante y discreto. Cuando se le encarga que elimine a una política corrupta, recuerda su infancia y juventud, cómo sintió crecer la violencia dentro y qué hizo para controlarla y usarla, según él, en beneficio propio y de los demás. Pero esta educación sentimental es solo el principio de un viaje que le llevará por los escenarios más oscuros y violentos de nuestra sociedad y le hará replantearse su papel en ella. Una odisea de décadas por Madrid y escenarios como Nueva York, Zanzíbar, Bagdad, Estocolmo o Marruecos. Y es también la historia de un asesino enamorado, la radiografía de una pareja. ¿Estará dispuesto a sacrificar al amor de su vida por seguir sus ideales hasta el final? ¿Será este su último encargo?
Sobre la mente de un asesino
«Todos somos muchos, se dice Fortunato, uno de mis yoes asesina gente y no estoy tan tarado como para ignorarlo. No oigo voces. Matar supone un peaje moral y psicológico que hacía difícil la convivencia de sus muchos yo».
Sobre la vida y la muerte
«La vida, vista con distancia, en su totalidad —como se observa un organismo en el microscopio o una estrella que muere, a millones de años luz, por un telescopio—, es un acto trágico. Una historia de muerte que empieza con el nacimiento. Pero la vida en la distancia corta, en lo cotidiano —la lucha siempre frustrante, las ambiciones nunca cumplidas, la torpeza inevitable en el trato con los otros, los amores errados, la entrega irracional a las sensaciones— se convierte en un acto cómico, en un sainete ridículo, muchas veces hilarante. Sí, se dice Fortunato, en cuanto desaparece la muerte de la ecuación todo queda en una broma insípida o de mal gusto.
Por eso, Fortunato es un asesino».
Su primer contrato de trabajo
«Fernández dijo llamarse González y ser espía. Le preguntó a Fortunato por sus estudios. A González le alegró saber que estaba en la universidad y que se defendía bien con el inglés. Necesitamos universitarios, gente con idiomas, con cabeza, le confesó echándole el humo a la cara. ¿Para qué?, se vio Fortunato desde fuera de su cuerpo preguntándole al indiscreto agente secreto. Para el servicio a la patria, para ser agentes. Ya hay mucho militar, exmaderos, picoletos, gente así. En La Casa buscamos otras capacidades.
—¿Qué casa?
—El CESID».
Mientras exista la corrupción política, Fortunato tendrá trabajo
«En un mundo basado en la precariedad, el futuro se presentaba seguro para él, para alguien que operaba en las rendijas más oscuras y viscosas del poder, las que originaban la ambición, la codicia y la política como crimen. Reflexionó sobre todo esto mientras acababa su desayuno y agradeció no vivir en una socialdemocracia nórdica o en uno de esos países donde los ministros dimiten por una multa de tráfico. Sí, concluyó Fortunato con un último sorbo de café, en un país así me moriría de hambre, pero aquí, a mi manera, puedo seguir luchando contra las sombras».
Sus víctimas: personajes impunes y corruptos
«El objetivo era una conocida política, pata negra del partido, histórica y presente en todas las fotos, balcones, congresos y plazas de toros desde hacía décadas. Los mismos que antes la paseaban en andas como una santa y un ejemplo de buena gestión, trasladable al resto del país, ahora hacían el encargo de eliminarla. Por supuesto, lo único cierto no era la interesada adulación anterior, sino el nerviosismo de ahora. El miedo que tenían a lo que pudiera contar, conocedora de los manejos al más alto nivel del partido en el gobierno, el más corrupto de la historia reciente del país».
EL AUTOR
Carlos Bardem (Madrid, 1963) es actor y escritor. Licenciado en Historia y diplomado en Relaciones Internacionales, publicó su primer libro, Durango Perdido, en 1997. Su debut como novelista en 1999 le valió ser finalista del Premio Nadal con Muertes ejemplares. Su segundo libro, Buziana o el peso del alma, obtuvo el Premio Destino-Guión en 2002. En 2005 publicó La Bardem, las memorias de Pilar, su madre, y en 2009, Alacrán enamorado (Plaza & Janés), llevada al cine en 2013. Con Mongo Blanco (Plaza & Janés, 2019), su última novela, ganó el Premio Espartaco a Mejor Novela Histórica.