Ha llovido mucho desde que leí por primera vez El Señor de los Anillos. Pero no solo la leí mucho antes de tan siquiera ser carne de adaptación cinematográfica, sino que me la releí al menos dos veces más mucho antes de que la adaptación cinematográfica de Peter Jackson hiciera más conocida la obra original, si es eso posible. Y es que la Tierra Media y todo lo que acontecía y habitaba en ella me fascinó hasta tal punto que creo que fue el flechazo definitivo para enamorarme de los libros en general.
Cautivado por el universo creado por Tolkien, no pude quedarme solo en esta monumental obra, y después de El hobbit me atreví con El Silmarillion. Estas serían las tres obras más conocidas de Tolkien, pero como todo buen “tolkiniano” sabe, las historias de la Tierra Media no se limitan a estos tres libros. La fértil imaginación de Tolkien dio a luz a un vasto universo plagado de historias y personajes. Aparte de innumerables narraciones y compilaciones, en 1980, Christopher Tolkien, hijo del celebre escritor, decidió editar una recopilación de historias escritas por su padre que nunca acabó en vida.
Para conmemorar el 40º aniversario de su publicación, Minotauro nos brinda la oportunidad a todos los fans de la Tierra Media de poder disfrutar con la reedición de esta obra acompañada de las preciosas ilustraciones de Alan Lee, John Howe y Ted Namith. Un libro maravilloso que no puede faltar en la estantería de cualquiera que se autodenomine fan de J.R.R Tolkien.
En él podemos encontrar relatos sobre la historia de la Tierra Media desde los Primeros Días hasta el fin de la Guerra del Anillo; de cómo Gandalf llegó a enviar a los Enanos a la famosa reunión de Bolsón Cerrado; el viaje de los Jinetes Negros durante la búsqueda del Anillo; hay que destacar que aquí aparece el único relato que se conserva sobre el pasado de Númenor. No solo de relatos se nutre este libro, en él aprenderemos la organización militar de los Jinetes de Rohan o todo lo que se sabe sobre los Cinco Magos, las Palantíri y la leyenda de Amroth. Sirva esto solo como muestra de todo lo que pergeñó este enorme filólogo de imaginación sin límites, porque si antes lo admirábamos, ahora nos sorprenderá la capacidad que tenía de crear y entretejer no solo un mundo, sino su historia, lengua, razas, etcétera. Un mundo donde podrían invertir años de estudio expertos en distintos campos de la ciencia como pueden ser: lingüistas, antropólogos, geólogos, botánicos, y un largo etcétera.
Huelga decir que este libro es para los fans de J.R.R. Tolkien y no para el neófito que no conoce con anterioridad su legado, ya que hace mucha referencia a las obras mayúsculas de su autor, y a pesar de que estos cuentos son inconclusos, como su propio título indica, en parte complementa a las obras citadas. A pesar de tratarse de material recopilado compuesto por apuntes, anotaciones, cartas, etcétera, que su padre nunca pensó en publicar -por ello esa inconclusión- Christopher realizó una labor titánica a la hora de organizar y ordenar dicho material, complementándolo con multitud de notas que acompañan a cada texto, para así, de forma ordenada, comprender mejor el contexto de cada relato. Eso sí, os recomiendo tener a mano dos marcapáginas, una para su labor, cosa que no es necesario explicar, y el otro para indicar la situación de estas notas, las cuales son al menos igual de interesantes que el relato en sí al complementar y contextualizar tanto la historia o de cómo fue localizado cada texto. Descubriendo algunas incongruencias que el hijo del autor irá señalando y aclarando, haciéndonos comprender que a pesar de todo J.R.R. también era humano, y es que creó un mundo tan complejo que es inevitable que al propio creador no se le escapase algún detalle.
En esta edición, aparte de las dieciocho maravillosas ilustraciones de los artistas antes mencionados que lo exornan, tenemos el mapa de la Tierra Media que acompañaba a El Señor de los Anillos, añadiéndole más accidentes y nombres, también contiene el único mapa de Númenor que J.R.R. Tolkien dibujó.
Libro que os incitará a leer una vez más El Señor de los Anillos y El Silmarillion, para ir rellenando alguna laguna en su relectura, haciendo más rica la experiencia a la hora de regresar y volver a disfrutar de la Tierra Media.