No pensé que podría disfrutar tanto leyendo una novela de género fantástico, pero aquí estoy, emocionada y dispuesta a hablaros de La hermandad oscura, la primera parte de la saga La conjura de las sombras. Por mis lecturas sabréis que no acostumbro a leer este género, pero es que últimamente me estoy llevando tan gratas sorpresas que me alegra mucho ampliar mis gustos literarios a base de buenas novelas. Este es el caso: La hermandad oscura, de G.W March; me ha gustado tanto que estoy deseando hablaros de este libro.
Si me lo permitís, primero me gustaría comentaros quién es G.W March, el autor que se esconde bajo este seudónimo. Licenciado en Psicología y Ciencias de la Educación, ha trabajado durante más de treinta años con adolescentes y jóvenes en conflicto social. Esto es algo que juega a su favor en su faceta de escritor, pues su bagaje le ha permitido desarrollar unos personajes que, en mi humilde opinión, son de diez.
La hermandad oscura se desarrolla en los preciosos paisajes de Escocia. Estamos en el año 2005, en Dirleton, donde conocemos al adolescente Galahad MacDermott, quien vive con su madre Diana. Su padre, “el jefe”, como él lo llama, desapareció en la guerra de Irak. Desde entonces, la relación con su madre es cada vez más complicada. Cuando MacDermott comienza a ser el centro del acoso de los Tiburones, una banda de matones compuesta por Rufus, Kendrick, Darren y el líder Gawain McCallan, el chico sabe que la única forma de que lo dejen en paz es unirse a ellos; aunque, en el fondo, sepa que no es una buena idea. En su bautismo de fuego, los miembros de la banda le piden que pegue a Edwin Wallace, un chico tranquilo que no mataría a una mosca. Cuando se produce el momento que MacDermott intenta evitar a toda costa aparecen, como de la nada, una pandilla algo extraña: Perceval, Owen, Girflet, Nora y la chica del pelo azul, Deirdre. Ellos se encargarán de liberarse de los matones y de que nuestro protagonista, por fortuna, no pueda llevar a cabo el ritual de iniciación. Desde ese momento, estos chicos tan raros que están de paso en Dirleton se convertirán en buenos amigos de MacDermott.
Cuando el cadáver de Samantha Perkins, una amiga de Galahad, aparece con un símbolo marcado en la frente y en extrañas circunstancias, el inspector Tom McCormick se hará cargo de la investigación. Por su parte, Galahad MacDermott sospecha que sus nuevos amigos esconden algo. Cuando el padre Jérôme y los otros monjes entran en escena, el chico se ve envuelto en una serie de sucesos de lo más espeluznantes. Ni idea tiene MacDermott de que está apunto de unirse a una secta muy peligrosa que rinde culto a las fuerzas de la oscuridad. Tampoco sabe que los amigos que acaba de conocer no son lo que se dice unos muchachos “corrientes”.
No quisiera destriparos más de la trama porque La hermandad oscura es una novela repleta de intriga y de sucesos que se entrelazan hasta llegar a la verdad. Lo que sí puedo deciros es que G.W March ha escrito un libro que atrapa, gracias, sobre todo, a unos personajes perfectamente elaborados y muy creíbles y una trama repleta de aventuras. Además, el ritmo de la novela es ágil y cautivador. Lo cierto es que le he cogido cariño a estos chicos y he disfrutado mucho (y también sufrido) con esta historia. Estoy deseando leer la segunda parte de la saga La conjura de las sombras y volver a reencontrarme con ellos para descubrir más sobre esta lucha entre el Bien y el Mal llevada a cabo por Los Ángeles Oscuros y los Caballeros Balhar.