La novela histórica del maestro Camilleri que retrata la Sicilia del siglo XVIII bajo dominio español

Ésta es la fascinante historia de Michele Zosimo, un joven campesino siciliano quien, a principios del siglo xviii, se convirtió en el efímero rey de Girgenti, la actual ciudad de Agrigento, tras desarmar al ejército piamontés destacado en la zona. Un retrato, a veces hilarante, a veces dramático, de carácter excepcional: desde las increíbles circunstancias que dieron lugar a su nacimiento hasta su compromiso por defender a las personas contra el abuso de poder.

Andrea Camilleri, el desaparecido maestro de la novela negra contemporánea, nos regala una fascinante novela que retrata la sociedad siciliana bajo el dominio español, dividida entre un mundo campesino que vive al borde de la pobreza extrema y una minoría de aristócratas tan sólo preocupados por defender sus privilegios. Una mezcla de vigoroso anticlericalismo y humor descarado servido de una lengua explosiva, donde hay un lugar de honor también para la ternura y, en definitiva, para la literatura en mayúsculas.

Tras Km 123, publicado este mismo año, Destino sigue reivindicando a Andrea Camilleri como una de las figuras más importantes de la literatura italiana de este siglo.
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El rey campesino es una de las novelas preferidas del autor, la única en su amplia carrera escrita enteramente en dialecto siciliano.
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Inspirada en hechos reales: el autor dio por casualidad con una información sobre un simple campesino que logró convertirse en el rey, durante seis días, de la actual Agrigento, ciudad a escasos kilómetros de su pueblo natal en Sicilia.
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Un bello y fascinante homenaje a su tierra, a su Sicilia natal, a sus gentes y a esas personas que alzaron su voz contra los abusos de los españoles destacados en la isla en el siglo XVIII.
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Esta novela es también un homenaje a la lengua, a las variedades dialectales y a la importancia de recordarnos el poder de la palabra viva y escrita.
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Los ingredientes marca de la casa Camilleri están muy presentes: amor por el lenguaje, por la agilidad, los giros narrativos y un elenco muy amplio de personajes con muchas aristas.
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Como en todas las novelas de Camilleri, hay también espacio a la crítica a la sociedad, en este caso, al poder, a la corrupción, a los estamentos privilegiados y a todas las formas de jerarquía social.