Todos los sentidos en alerta máxima ante la expectación que despierta degustar una nueva obra poética. Máxime cuando el bocado que estamos a punto de probar ya viene debidamente alabado.
“Toda hora”, triunfadora del premio Irreconciliables, es una delicada combinación de arte literario y estético, fruto de las aguas en las que su autor Manuel Mata, se baña. Capaz de satisfacer tanto a los clásicos y conservadores como a los amantes de lo transgresor; y aún así, sorprender a ambos.
Como sólo un poeta de sangre puede lograr, levanta la piel de los sentimientos
“Cuando te duele algo todo el mundo
quiere tocarlo”.
Nos pone cara a cara frente al cristal de la ventana desde la que todos en algún instante miramos
“Dices que tengo que buscar el interruptor
para poder ver la luz y te digo
si hubiese dejado de verla siquiera
por un segundo ya habría
saltado de un puente”.
Te sumerge en la turbulencia del que sufre la vida
“y me preguntas si basta
con meter los pies en el río
para saber cómo vive
un pez”
Cuando para quien pregunta, y en su ignorancia tan sólo eres un diagnóstico
“Su
puntuación es
20”
Por su personal y frágil manera de transmitir emociones, por su brevedad… hoy con más sentido que nunca antes, porque la vida nos alecciona, porque más allá de nuestra propia existencia, somos parte de un todo y
“toda hora es la última de alguien”.
NdR