En la segunda escena de 1793 el protagonista Cecil Winge desmonta el mecanismo de su reloj de bolsillo para acto seguido repetir el proceso en orden inverso y dejar que cada pieza vuelva a ocupar su lugar. De forma similar Niklas Nat ocho Dag ha compuesto su thriller histórico. Primero descubre el cadáver para pieza a pieza descomponer ese crimen en las tres tramas que lo forman: la investigación y las dos líneas paralelas que confluyen el cuarto acto, cuando al autor da cuerda a todo el engranaje y este funciona con una precisión que asombrará al lector.
La ambientación del Estocolmo de 1793 es espectacular. Sumerge al lector con determinación en la vida de la ciudad a través de los diferentes personajes que la habitan, transmite los olores, las texturas, los colores y los orígenes de la metrópoli mediante descripciones vívidas de cada rincón y de cada persona. Consigue que el lector arrugue la nariz constantemente y sienta la mugre con la que convivían los suecos de aquel tiempo.
Tras la muerte del rey Gustavo III, los vientos de la Revolución francesa llegan incluso a Suecia, donde la tensión es palpable en todo el país, convertido en un nido de conspiraciones, suspicacias y recelos. En esta atmósfera irrespirable, Mickel Cardell, un veterano de la guerra contra Rusia, descubre un cuerpo atrozmente mutilado en un lago de Estocolmo. Un abogado tuberculoso, el sagaz e incorruptible Cecil Winge, se hace cargo de las pesquisas, pero el tiempo apremia: su salud es precaria, la monarquía hace aguas y las revueltas están a la orden del día.
El autor juega con el lector al gato y al ratón durante toda la historia. A través de las tres líneas que desarrolla nos mantiene en vilo y cavilando sobre cómo las hará confluir y cuadrar la resolución, pero por mucho que lo intentemos el ensamblaje final resulta sorprendente.
1793 es un apasionante thriller que ha sido premiado en Suecia como Mejor Libro del Año y considerado mejor debut por la Academia Sueca de Novela Negra en 2017.
Un thriller negro negrísimo, duro durísimo pero perfecto, que se disfruta tanto durante su lectura como en su resolución final… de lo mejorcito de 2020.