La última novela de Mary Higgings Clark


La última novela de Mary Higgings ClarkLa reina del suspense, fallecida hace dos semanas, fue una de las escritoras más icónicas del género. Sus más de 50 novelas publicadas en todo el mundo fueron auténticos best sellers.
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Hoy llega a las librerías la última novela de
Mary Higgins Clark

La reina del suspense, fallecida hace dos semanas, fue una de las escritoras más icónicas del género. Sus más de 50 novelas publicadas en todo el mundo fueron auténticos best sellers.

Hoy se publica No llores por un beso, la última novela que Mary Higgins Clark escribió antes de fallecer el pasado 31 de enero a los noventa y dos años. Su edad no afectó en absoluto a su ritmo de publicación editorial de dos nuevas novelas por año. La clave de la popularidad de la prolífica autora residió en su capacidad de hacer que los lectores quedaran atrapados por sus historias y su talento para desarrollar elaboradas tramas basadas en los temas de actualidad del momento.

Mary Higgins Clark ha vendido cien millones de ejemplares de sus libros solo en Estados Unidos y gran parte de su éxito radicó en su disciplina de trabajo, que se fraguó en una dura infancia en el Bronx y una temprana orfandad que la obligó a empezar a trabajar a los quince años como telefonista. No publicó su primer libro hasta que enviudó, con poco más de cuarenta años, quedando a cargo de cinco hijos. Se levantaba de madrugada para poder escribir antes de una dura jornada.

Michael Korda, editor jefe de Simon & Schuster, su editorial americana, y con el que trabajó durante cuarenta y cinco años manteniendo una estrecha relación de amistad, dijo lo siguiente sobre ella:

«Era única. Nadie conectaba tanto con sus lectores como lo hizo Mary; les entendía como si fueran miembros de su propia familia. Siempre estuvo absolutamente segura de lo que querían leer —y, quizás más importante, de lo que no querían leer— y aun así se las arregló para sorprenderles con cada libro. Era la reina del suspense.»

Y, aunque Mary Higgins Clark ya no esté, el mejor homenaje que se le puede hacer es seguir leyendo sus historias.