Mohammed Moulessehoul (Kenadsa, 1955), prolífico escritor argelino, decidió tomar el nombre de su esposa, Yasmina Khadra, como seudónimo de sus obras. En La deshonra de Sarah Ikker, el autor nos muestra la corrupción instaurada en Marruecos y el papel de las mujeres en el mundo musulmán.
El teniente Driss Ikker disfruta de un feliz matrimonio con Sarah, la hija de un alto cargo de la policía marroquí. Ella es culta y bella y su suegro les ha conseguido un destino cómodo en Tánger a las órdenes de un amigo suyo. Una noche regresa a casa y encuentra a Sarah atada en su cama. Antes de que pueda ayudarla recibe un brutal golpe en la cabeza que le deja inconsciente. A partir de esa noche la vida de Ikker se convierte en un infierno. Necesita encontrar al culpable de la violación de su mujer a pesar de que es apartado del caso.
La violación supone un duro golpe para Driss. Su honor se acaba convirtiendo en algo más importante que el dolor que siente su mujer. El dolor que Sarah haya podido sufrir no es nada con la vergüenza y la ira que sufre Driss. Sus compañeros lo saben y comprenden lo que él siente, Encontrar al violador se convierte en algo más que una obsesión para el teniente, no es capaz de mirar a Sarah y menos aún de tocarla. Por otro lado para la policía esta investigación también convierte en una prioridad encontrar y castigar a alguien, sea culpable o no.
Por supuesto que desde fuera del mundo árabe no podemos extrapolar esta historia y juzgarla con los ojos de Occidente. La realidad musulmana tiene otros principios y eso es lo que Yasmina Khadra está denunciando en en La deshonra de Sarah Ikker, las mujeres están supeditadas al hombre y la deshonra, más que de la mujer, es de su marido.
Por otro lado Yasmina Khadra denuncia también el poder que da el dinero en Marruecos. Las clases altas pueden ser corruptas y alardear de ello. Dentro de la policía, los agentes también se organizan en clases y algunos de ellos podrán actuar sin tener que dar explicaciones. Por el contrario, si eres un pobre diablo puedes ser acusado de cualquier crimen en cualquier momento.
Durante la lectura de La deshonra de Sarah Ikker el lector emprende un viaje en busca de una verdad incómoda. Desde la primera escena, casi humorística, el ambiente se va volviendo más asfixiante para terminar explotando. Pero eso ya lo tendréis que descubrir vosotros.