Comida y basura de Álex Prada es una de las novedades mas importantes y sorprendentes de este comienzo de año. Álex Prada, escritor sevillano, poeta y autor de relatos se propuso hacer una primera novela como tal y le ha salido bordada.
René y Rosarito sobreviven vendiendo cachivaches en el mercadillo de la plaza mayor de una ciudad de provincias. Él busca en la lectura una salida a una vida incompleta y se gana un dinero extra cazando pajaritos, topos, lagartos y otros animales que prepara en platos deliciosos siguiendo recetas de lo más inusuales.
La idea le surgió a Álex después de ver a una pareja sacando trastos inusuales para venderlos en la Plaza mayor de León. Pensó que nadie podría sobrevivir vendiendo solo eso y que algún otro trabajo deberían tener. Una noticia sobre alimentos preparados con insectos completó la parte que le faltaba a su protagonista Rene.
Es la primera vez que me he sentado a hacer una novela, como tal, ya había escrito tres libros de poesía, un libro de relatos, así que fui entrenando la prosa y por eso no me ha costado demasiado, ha sido bastante natural incorporar a la prosa el ritmo poético. Consumir mucha poesía y entrenarla para escribir me ha dado mucha soltura.
Comida y basura como novela es un fragmentario de imágenes. Capítulos a saco llenos de vena poética, recetas reales de las que prepara Rene, diálogos de bar con el pulso popular, etc. De repente en su novela se permite todo eso. Si añadimos un reparto coral de personajes tendremos el cuadro completo: palurdos, guardias civiles retirados, aristócratas venidos a menos, inmigrantes polacas, un gallero filósofo, un taxidermista, todo vale para dar el aire denso que construye esta trama.
Con aires poéticos de Umbral, costumbristas de Delibes y Sender y con el referente más cercano de Jesús Carrasco, Álex Prada ha creado su obra sin escatimar el uso de palabras, con un lenguaje fluido pero sin ser excesivamente barroco, con bastante poesía y con buen ritmo.
Párrafos breves, alguien que dice algo, capítulos cortos, rupturas con solo dialogo, recetas, y recuerdos de la niñez de Rene se mezclan con reflexiones sobre cómo relacionarnos con los animales y los alimentos. Álex también pone sobre la mesa la dualidad de la relación con la naturaleza de los cazadores, de los que crían gallos de pelea, comparándolos con los domingueros de campo, sin abogar por nadie, solo como reflexiones de los personajes.
«Ha sido una vivencia muy fuerte, de esperar que te digan algo durante casi un año, a que de repente me llamen de Seix Barral y me cuenten cosas tan fuertes del libro que no me las creía»
Un libro para degustarlo, masticarlo y tragarlo con una portada potente y evocadora que no deja lugar a dudas y un contenido contundente que dejará poso en todos sus lectores.
Si se trata de Ramón J. Sender, se escribe “Sender”, y se pronuncia como se escribe: “Sender”.