Cita de Mariano José de Larra

«El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.» —Mariano José de Larra

Hoy hace 137 años perdíamos al ingenioso escritor del romanticismo. Aquí te dejamos 30 de sus mejores frases

  1. ¡En la sociedad siempre triunfa la hipocresía!
  2. Bienaventurados los que no hablan; porque ellos se entienden.
  3. Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta.
  4. Bienaventurado todo aquel a quien la mujer dice “no quiero”, porque ese, a lo menos, oye la verdad.
  5. El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.
  6. Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.
  7. En punto a amores tengo otra superstición: imagino que la mayor desgracia que a un hombre le puede suceder es que una mujer le diga que le quiere.
  8. El público siente en masa y reunido de una manera muy distinta que cada uno de sus individuos en particular.
  9. El sentimiento es un flor delicada, manosearla es marchitarla.
  10. El talento no ha de servir para saberlo y decirlo todo, sino para saber lo que se ha de decir de lo que se sabe.
  11. En este triste país, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.
  12. En el matrimonio es preciso contar con cualidades que resistan, que duren, y las grandes pasiones pasan pronto; al paso que una condición apacible en todos tiempos es buena.
  13. En atención a que no tengo gran memoria, circunstancia que no deja de contribuir a esta especie de felicidad que dentro de mí mismo me he formado…
  14. Es gloria el rendimiento y no flaqueza y es dichoso el que puede obedeciendo obedecer al menos a una hermosa.
  15. ¿En dónde ve el pueblo español su principal peligro, el más inminente? En el poder dejado por una tolerancia mal entendida.
  16. Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.
  17. Hay cosas que no tienen solución, y son las que más.
  18. Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de las personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes.
  19. Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta.
  20. La diferencia que existe entre los necios y los hombres de talento suele ser sólo que los primeros dicen necedades y los segundos las hacen.
  21. Hay algunos hombres que no dicen lo que piensan y otros que piensan demasiado lo que dicen.
  22. Las circunstancias… palabras vacías de sentido con que trata el hombre de descargar en seres ideales la responsabilidad de sus desatinos.
  23. La modestia no es otra cosa que el orgullo vestido de máscara.
  24. Ley implacable de la naturaleza: o devorar, o ser devorado. Pueblos e individuos, o víctimas o verdugos.
  25. Los autores han dicho siempre en sus prólogos y se lo han llegado a creer ellos mismos, que escriben para el público; no sería malo que se desengañasen de este error. Los no leídos y los silbados escriben evidentemente para sí; los aplaudidos y celebrados escriben por su interés, alguna vez por su gloria; pero siempre para sí.
  26. Los madrileños se acercan al circo a ver un animal tan bueno como hostigado, que lidia con dos docenas de fieras disfrazadas de hombres.
  27. Los amores más duraderos son aquellos en que uno de los dos amantes es extraordinariamente celoso.
  28. Muchas cosas me admiran en este mundo: esto prueba que mi alma debe pertenecer a la clase vulgar, al justo medio de las almas; sólo a las muy superiores, o a las muy estúpidas, les es dado no admirarse de nada.
  29. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Quién ha muerto en él? Leamos. ¡Espantoso letrero! ¡Aquí yace la esperanza!
  30. ¿No se lee en este país porque no se escribe, o no se escribe porque no se lee? Esa breve dudilla se me ofrece por hoy, y nada más. Terrible y triste cosa me parece escribir lo que no ha de ser leído.