1 Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
2 Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.
3 Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
4 Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.
5 Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.
6 No hay más destino que el que nos haremos a pura sangre, a mano.
7 Amo tus pies porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron.
8 Hay un cierto placer en la locura, que sólo el loco conoce.
9Sucede que me canso de ser hombre.
10 Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado, y parece que un beso te cerrara la boca.
11 Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
12 Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
13 Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.
14 Y si no das más, tan sólo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás.
15 Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.