Lumen publica Quiero escribirte esta noche una carta de amor, el nuevo y revelador libro de la escritora Ángeles Caso,una obra que reúne la correspondencia amorosa de escritoras como Katherine Mansfield, Eloísa de Argenteuil, Simone de Beauvoir, Ninon de Lenclos, María Zambrano, Charlotte Brontë o Emilia Pardo Bazán. A partir del intercambio epistolar con sus amantes (inédito en castellano en su gran mayoría), Ángeles Caso novela la biografía de quince mujeres pioneras que sintieron la urgencia de revelar lo inconfesable, el poder del deseo o el dolor de una pasión no correspondida y que muestra un mapa de la sensibilidad femenina a lo largo del tiempo.
«Adiós, quédate, vete, pero no digas que yo no sufro, solo
eso puede hacerme sufrir aún más, mi único amor, mi vida, mis entrañas,
mi hermano, mi sangre, vete, pero mátame al irte.»
George Sand a Alfred de Musset
«En prueba te abrazo fuerte, a ver si de una vez te deshago y te reduzco a polvo. En cuanto yo te coja, no queda rastro del gran hombre.»
Emilia Pardo Bazán a Benito Pérez Galdós
Ángeles Caso ha traducido personalmente la mayoría de la correspondencia, eligiendo los fragmentos más representativos de sus sentimientos y sus estilos literarios. En tres casos, los de Eloísa, Hildegarda de Bingen y Charlotte Brontë, están reproducidas las correspondencias al completo por ser muy breves.
Ángeles Caso (1956) es escritora, historiadora del arte y comunicadora. Ha publicado diversos ensayos convertidos ya en clásicos de la historiografía de género, como Las olvidadas. Una historia de mujeres creadoras (2005), Ellas mismas. Autorretratos de pintoras (2016), Grandes maestras. Mujeres en el arte occidental (2017) y el libro infantil Pintoras (2018). Es autora de novelas de gran éxito y ha recibido galardones como el Premio Planeta 2009 y el Premio a la Mejor Novela Traducida en China 2010 por Contra el viento, y el Premio Fernando Lara 2000 por Un largo silencio. Es también traductora, articulista y guionista. Su obra está traducida a quince idiomas.
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«Cuanto más desgarradora es la pena, mayor
consuelo exige. Y nadie salvo tú, tú mismo, la razón
única de mis sufrimientos, puede consolarme. Tú
eres la causa única de mi tristeza, y solo tú puedes
devolverme la alegría o concederme al menos algún
alivio. Y estás obligado a ello, pues yo he cumplido
a ciegas todas tus voluntades: no pudiendo
resistirme a ti ni en lo más mínimo, por orden tuya,
tuve el valor de destruirme a mí misma.»
La abadesa Eloísa a Pedro Abelardo |
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