«Las frases no tienen final» o «faltan personajes bien diseñados», entre las respuestas que ha recibido el escritor Claude Simon al enviar de forma anónima 50 páginas de la novela «Le Palace», escrita por el integrante del «Nouveau Roman» en 1962
EFE París
Una veintena de editoriales han rechazado 50 páginas de la novela «Le Palace» (1962), obra del premio Nobel de Literatura de 1985, Claude Simon, enviada bajo anonimato por un admirador, el escritor Serge Volle, quien denunció así que «hoy, el libro de usar y tirar es el que hace furor».
Una apuesta entre Volle y un amigo suyo, un conocido escritor cuyo nombre no ha desvelado, está en el origen de esta curiosa iniciativa. «Discutíamos sobre la literatura y las editoriales. Él me dijo que ‘ningún editor publicaría hoy a Claude Simon’ y yo quería comprobarlo por mí mismo», explicó Volle a la emisora pública «France Inter».
Con esta trampa, pretendían, además, «sondear de alguna manera la calidad de los que presiden los comités de lectura en las pequeñas y grandes casas de edición». Para ello, el instigador de la apuesta envió bajo anonimato 50 páginas de la novela «Le Palace» (1962), a 19 editoriales. La obra está inspirada en la experiencia de Simon junto al bando republicano en la Guerra Civil Española.
Las razones del rechazo
Los resultados hablan por sí solos: siete editores no respondieron a la propuesta, mientras que doce la rechazaron. Uno de ellos descartó el texto, de acuerdo con Volle, porque «las frases no tienen final, haciendo que el lector pierda totalmente el hilo» y por la falta de «personajes bien diseñados».
Claude Simon pertenece al «Nouveau Roman», un conocido movimiento vanguardista que se opone a las nociones de personaje y de trama e integrado además por Alain Robbe-Grillet, Michel Butor y Nathalie Sarraute, entre otros.
Con esta argucia, Volle acusó a las editoriales de buscar creaciones del corte «best sellers», un tipo de literatura de fácil lectura en el que la trama tiene más peso que la calidad de la escritura. Para ilustrar su denuncia, el instigador de la trampa consideró oportuno parafrasear a Marcel Proust, quien afirmó: «Antes de escribir, sean famosos».