Narrador, poeta y editor nacido en Jaén y radicado en Barcelona, presenta por estos días De bien nacidos (Ediciones Carena), una obra en la que lo humano se abre paso ante la banalización de la vida. Membrive asegura que “La literatura supone un cuestionamiento perpetuo no solo del sistema, sino de nuestro proceder”.
Escritor José Membrive:
Por: Adolfo Rubio
Pregunta: – ¿Por qué la poesía en una sociedad escéptica?
Respuesta. – La poesía responde a la permanente seducción del misterio. La sociedad es un escaparate maquillado, superficial, al gusto de los imperios comerciales, pero en el corazón humano hay latidos que nos conectan con algo más auténtico y desconocido de nosotros mismos. Ahí está la labor de la poesía, en abrir el camino de retorno hacia nosotros mismos.
P: – ¿Pretende conmocionar al lector con su poesía?
R: Habitualmente cuando escribo poesía, en cierta manera, me olvido del posible lector, pongo el punto de mira en la interpretación de la voz interna que tiene que ver con el proceso de indagación y remodelación constante en el que estamos inmersos como humanos.
P: – ¿Qué cuenta en su libro “De bien nacidos”?
R: – Desamordazar el corazón. Celebrar ese brillante tejido afectivo que, a pesar de los pesares, sigue dando sentido a nuestra vida, constatar la presencia de quienes se han ido y darles voz. De hecho, el libro tiene tres partes que corresponden con tres fuertes presencias de quienes se han ido pero permanecen muy vivos. A través de ellas he despojado a la muerte del carácter fúnebre y sombrío que en el occidente le otorgamos.
P: – Se dice mucho que la sociedad actual vive una crisis de soledad. ¿Qué comunica su libro en ese sentido?
R: – La razón esencial de la soledad es la incomunicación con uno mismo, sin eso puede haber relaciones sociales, pero nunca habrá comunicación porque no tenemos nada propio que transmitir. La poesía es la palabra que nos permite vislumbrar el sentido y el propósito de nuestra vida.
P: – ¿Literatura para entretener o literatura para transformar?
R: – Literatura para cultivar nuestra dimensión afectiva, para reinventarnos, para darnos luz a base de nuestras propias contradicciones.
P: – ¿Hay literatura después del ruido?
R: – El ruido perpetuo es el enemigo de la literatura, es el sistema que se ensaya mediante móviles, televisiones, pantallas, preocupaciones. La literatura supone un cuestionamiento perpetuo no solo del sistema, sino de nuestro proceder. Señala el camino hacia el misterio, hacia la indagación de nuestra dimensión transmaterial, es la vía moderna hacia una espiritualidad universal, de engarzamiento cósmico.