Un viaje único a la belleza trascendente de la montaña

«Cuanto más leo La montaña viva, más me aporta. Puede que haya leído
este libro diez o doce veces, y en cada una de ellas vuelvo a acercarme
a él como Shepherd vuelve a acercarse a la montaña».
Robert Macfarlane
Errata naturae editores

LA MONTAÑA VIVA

NAN SHEPHERD

ENSAYO INTRODUCTORIO DE
ROBERT MACFARLANE

«Cuanto más leo La montaña viva, más me aporta. Puede que haya leído
este libro diez o doce veces, y en cada una de ellas vuelvo a acercarme
a él como Shepherd vuelve a acercarse a la montaña».
Robert Macfarlane

Entre 1928 y 1933, Nan Shepherd escribió tres novelas magníficas, sus primeras tres novelas, que la hicieron famosa. Muy famosa. Entonces tenía apenas treinta años, pero la acogida de aquellos libros terminaría por llevar su efigie al billete de cinco libras del Royal Bank of Scotland. Después de aquello, como una suerte de Salinger de las Highlands, pasó mucho tiempo sin poder o querer escribir. Nadie sabe muy bien qué ocurrió. Ella tampoco lo supo explicar. Se dedicó a caminar y a escalar montañas. Al cabo de más de una década escribió una obra sobre aquellos diez años que había pasado recorriendo cada rincón de la cordillera de los Cairngorms, una zona con clima polar en el norte de Escocia. Pero no la publicó, no. La dejó en un cajón durante casi medio siglo. Hoy en día, La montaña viva se ha traducido a múltiples lenguas y está considerada una obra de culto, un clásico perdido entre las grietas del canon y un referente de la nature writing. Se trata de un volumen lleno de vida, muerte, cuerpo y tacto, mitad historia natural y mitad meditación filosófica, que recorre paisajes exteriores y gélidos, pero también otros interiores y espirituales. Influenciada por el zen y el tao, Shepherd nos cuenta en este libro cómo aprendió a reconocer la manera en la que se relacionan la mente y la montaña; cómo aprendió a adentrarse entre picos y laderas sin objetivos ni asedios a la vista, como quien visita a una amiga. Poco a poco, el tiempo se hizo otro y también su experiencia de la naturaleza. Probablemente nadie ha descrito la esencia de un paisaje como lo hizo ella, nadie ha captado de ese modo la belleza trascendente de una montaña y del mundo salvaje que la conforma. Robert Macfarlane, uno de los grandes autores de la nature writing actual, reconoce en su prólogo que la lectura de este libro, simplemente, le cambió. A nosotros también, y sospechamos que a muchos lectores les ocurrirá lo mismo.

Traducción de Silvia Moreno Parrado
14 x 21,5 cm / 192 páginas / 19,50 € / 978-84-16544-96-7
En librerías a partir del 25 de febrero

ANNA (NAN) SHEPHERD

Nació en 1893 en la pequeña comunidad rural de Peterculter, al norte de Escocia, en la confluencia de los arroyos Crynoch Burn y Leuchar Burn. A pesar de sus orígenes humildes, se graduó en la Universidad de Aberdeen en 1915 y fue profesora de Literatura Inglesa durante las siguientes cuatro décadas. Pero también fue una jardinera entusiasta y una montañera incansable. Realizó multitud de viajes por Europa y África, pero siempre regresó a la casa donde nació, se crió y vivió casi toda su vida adulta. Escribió tres novelas, The Quarry Wood (1928), The Weatherhouse (1930) y A Pass in the Grampians (1933), así como un poemario, In the Cairngorms(1934), y uno de los grandes libros de la nature writing anglosajona, La montaña viva. En Escocia se la considera una escritora de culto. Murió en 1981.

Descarga aquí un PDF con las primeras páginas