Hay quien puede vivir sin lo salvaje y quien no puede. Estos ensayos son los deleites y dilemas de uno que no puede.
Con esta declaración de principios comienza el prólogo de Un año en Sand County, el gran clásico del ecologismo contemporáneo que en versión íntegra recoge ahora la editorial Errata Naturae. Una obra que reúne la experiencia vital de Aldo Leopold en defensa de la naturaleza e incorpora la primera teoría ética sobre cómo tratar y cuidar la tierra.
Aldo Leopold es una de las figuras míticas del ecologismo contemporáneo. Desde aquella ocasión en la que, siendo muy joven, una loba murió en sus brazos —y entendió que la desaparición de lo salvaje traerá el fin de nuestro mundo— hasta el momento de su muerte mientras intentaba apagar un incendio forestal, Leopold dedicó toda su vida a la preservación de la naturaleza. Fue guardabosques y profesor, activista y escritor, y entre sus múltiples libros destaca este que os presentamos: un clásico indispensable a la misma altura que Walden de Thoreau.
Leer este libro es una verdadera delicia, uno no sabe si está leyendo poesía, consejos sabios, una sucesión de episodios increíbles o un tratado de ecología, porque con mucha serenidad, lírica y humor Leopold hace arte de cada frase, cada idea, cada descripción y cada concepto. Como se puede describir sino el rastro de una mofeta en la nieve así:
Se dirige recto campo a través como si su creador hubiese enganchado su vagón a una estrella y soltado las riendas
O explicar el agujero de un ratón de campo de esta forma:
Es un laberinto de túneles secretos, abiertos a mordiscos a través de la hierba enmarañada bajo las nieves, ya no son túneles, sino simples caminos expuestos a la vista de todo el mundo y al ridículo.
En la primera parte del volumen, el autor nos relata, mes a mes, las temporadas que pasa en su refugio contra la excesiva modernidad: una vieja granja de Wisconsin entre cuyas paredes y en los bosques que la rodean, alejado de la interminable plétora de bendiciones materiales del mundo contemporáneo, encuentra su alimento sagrado. En la segunda parte del libro nos narra algunos de los episodios que han marcado su vida desde el punto de vista de la ecología y el activismo medioambiental, y que, a lo largo de cuarenta años y un continente, le han permitido constatar la profunda herida que estamos causando a la Tierra. Finalmente, en la última parte, Leopold nos propone una reflexión lúcida y profunda sobre los caminos posibles para recrear nuestra relación con lo vivo, a través de la primera teoría para una ética de la tierra.
Este es, por tanto, un libro para todos aquellos para los que ver gansos salvajes atravesando el cielo es más importante que ver la televisión.