MI PECADO de  Javier Moro La historia de Conchita Montenegro,

MI PECADO de  Javier Moro

La historia de Conchita Montenegro,

la actriz española que triunfó en Hollywood

e influyó en el papel de España durante la II Guerra Mundial

Javier Moro recrea en MI PECADO una historia que sucedió realmente. Su protagonista es la actriz española Conchita Montenegro quien, en 1930 con apenas 19 años, desembarcó en Hollywood.

Gracias a su belleza, inteligencia, personalidad y tesón, la joven promesa se hizo un hueco entre las principales estrellas del momento. Su extraordinaria mirada cautivó a Leslie Howard, uno de los actores más célebres de la época, un hombre casado que le doblaba la edad. Los amantes vivieron su idilio entre fiestas de ensueño y estrenos triunfales, paseos a caballo y vuelos en avioneta por la costa de California, entre la pasión y el engaño.

Trece años más tarde, su historia de amor tuvo un desenlace inesperado cuando los dos se reencontraron en Madrid y, sin saberlo, influyeron en el curso de la II Guerra Mundial.

LA NOVELA. LA HISTORIA

Conchita Montenegro desembarcó en Hollywood en un momento crucial, cuando nació el cine hablado, una auténtica revolución que trastocó la industria del celuloide. De pronto en la pantalla, los besos sonaban como una explosión y las palabras de amor provocaban carcajadas. Había un pudor que no existía en el cine mudo.

Grandes divos del pasado, como John Gilbert, amante de Greta Garbo, el actor mejor pagado en 1928, fracasó en su primera película hablada porque su voz decepcionó a sus millones de seguidores. Arruinado y alcohólico, falleció de un infarto pocos años después. Otra diva del cine mudo, la actriz Peg Entwistle se tiró al vacío desde la letra H del gigantesco cartel de Hollywoodland, poniéndolo de moda entre sus colegas desesperados. La carrera del actor Ramón Novarro, al que promocionaron como rival de Rodolfo Valentino y que dirigió a Conchita Montenegro en varias películas, tampoco sobrevivió al sonoro. Lo mismo ocurrió con el español Antonio Cumellas, a quien le salió un gallo en plena escena de declaración de amor, provocando una carcajada entre el público que selló el final de su incipiente carrera.

Quien hizo la transición con éxito fue Greta Garbo:

“Dame un whisky, el ginger ale aparte, y no me seas tacaño”,

dijo con su voz ronca.

Así entró en el sonoro, y triunfó, a pesar de su acento sueco.

Para Conchita Montenegro, otra europea en suelo americano, Garbo era una fuente de inspiración. Luego se hicieron amigas.

Como todavía no existía el doblaje, los estudios de cine, temerosos de perder la audiencia universal que habían obtenido con el cine mudo, decidieron dar a la gente lo que pedía: ver y oír hablar a sus estrellas en su propio idioma. Es así como decidieron hacer versiones diferentes de una misma película, con guiones

adaptados y actores locales. Para ello, no dudaron en traer a Hollywood a actores, directores y guionistas de todos los países de Europa. Entre los españoles acudió gente de mucho talento: Luis Buñuel, que se dedicó ‘a hacer el vago’ según sus propias palabras; Edgar Neville, que supo ganarse la confianza de los dueños de la Metro Goldwyn Mayer y la Fox, o Enrique Jardiel Poncela que acuñó una definición de Hollywood que pasaría la historia:

“Si entiendo bien –le dijo un día a Conchita Montenegro- en las playas de Hollywood solo hay dos ocupaciones a elegir: o tumbarse en la arena a contemplar las estrellas, o tumbarse en las estrellas a contemplar la arena.”

El grupo de españoles animó la vida de los grandes de Hollywood. Los domingos se reunían en casa de Charles Chaplin y le preparaban un cocido madrileño mientras el cómico inglés se grababa a si mismo bailando flamenco en unos discos caseros. O hacían picnics en la playa y cada uno traía algo de comer, sabores que les recordaban su añorada tierra: empanadillas, la inevitable tortilla de patatas y las infames croquetas de Jardiel Poncela, que los demás acababan enterrando en la arena porque eran incomibles. William Randolph Hearst, el magnate de la prensa y el hombre más poderoso de los Estados Unidos, los invitaba con regularidad a su rancho de San Simeón, una enorme mansión rodeada de una reserva natural de más de cincuenta kilómetros cuadrados.

“Garantizamos un cierto nivel de alboroto y diversión, por eso nos invitan”, decía el actor español Julio Peña en el tren privado que les transportaba hasta el paraíso excéntrico del multimillonario.

“¿Me creeréis si os digo que estoy viendo por la ventana de mi cuarto una manada de cebras correr delante de lo que parece un león?” –escribió Conchita a su madre desde su habitación, cuya cama había pertenecido al Cardenal Richelieu.

En el ambiente de Hollywood, la actriz española era conocida por ser ‘la chica que abofeteó a Clark Gable’, una distinción que se ganó en la primera prueba a la que fue sometida y donde mostró su carácter indomable frente a un Clark Gable lascivo que quiso ‘besarla con lengua’.

Lo normal en Hollywood era que actores que se odiaban visceralmente tuviesen que besarse con pasión bajo focos abrasadores. Pero siempre respetaban la frontera de la lengua, que era la frontera entre la realidad y la ficción, entre el trabajo y el amor. Como resultado de la prueba la MGM la incluyó de protagonista femenina en la película de Buster Keaton “De frente marchen”. Fue un buen principio, aunque el rodaje fue un calvario porque el director estaba ya alcoholizado.

Mi pecado cuenta la vida de aquel momento único en la historia de Hollywood, el intervalo entre la llegada del cine hablado y la invención del doblaje. Cinco años en los que aquella ciudad se convirtió en una torre de Babel. De todos los extranjeros, pocos llegarían a triunfar. Conchita Montenegro lo consiguió. Se convirtió en un rostro conocido en Estados Unidos y en el mundo entero. Le pedían autógrafos en las estaciones y en los grandes almacenes.

Su destino se cruzó con el de Leslie Howard, una de las estrellas más celebres de la época que llegó a tener el papel relevante de Ashley Wilkes en ‘Lo que el viento se llevó’. Fue el principio de una historia de amor que se prolongó hasta los años cuarenta, cuando se reencontraron en el Madrid de la posguerra. El Madrid de Embassy y de los coches de gasógeno, de los espías alemanes y de los soldados rasos comprando barquillos en el Retiro, el Madrid de las películas de Florián Rey e Imperio Argentina, la eterna rival de Conchita Montenegro.

Sobre Conchita Montenegro han dicho…

“Conchita Montenegro fascinó a todos un momento y después desapareció. Inútil buscarla en los libros y en las enciclopedias de cine: ni siquiera la mencionan. Solo nos queda todo: su imagen fugaz, su belleza perenne y, como bien dijo un crítico francés, su encanto mórbido e inquietante.”

Guillermo Cabrera Infante.

“Conchita Montenegro es nuestra Marlene Dietrich, nuestra musa treintista.”

El Rufián melancólico (Critico español).

“Conchita Montenegro es infinitamente superior a muchas de nuestras famosas luminarias.”

Howard Hawks.

“Conchita Montenegro lo hace admirablemente”.

The New York Times,

(a propósito de su interpretación en la película The Gay Caballero con Victor MacLaglen.)

EL AUTOR

JAVIER MORO

Javier Moro, periodista y escritor, ha trabajado como investigador en varios libros de Dominique Lapierre y Larry Collins.

Coproductor y guionista de las películas Valentina y Crónica del alba, ambas basadas en la obra de Ramón J. Sender, permaneció seis años en Estados Unidos desarrollando proyectos de cine y televisión; allí colaboró con directores como Ridley Scott.

Es autor de Senderos de libertad (Seix Barral, 1992), El pie de Jaipur (Seix Barral, 1995), Las montañas de Buda (Seix Barral, 1998), Era medianoche en Bhopal (2001), en colaboración con Dominique Lapierre, y El sari rojo (Seix Barral, 2008).

Su novela Pasión india (Seix Barral, 2005), ha sido uno de los grandes éxitos de crítica y ventas de los últimos años en España y, con su traducción a diecisiete idiomas, en varios países europeos.

En 2011 obtuvo el Premio Planeta con la novela El imperio eres tú. En 2015 publicó A flor de piel (Seix Barral).

PREMIO PRIMAVERA 2018

Fecha de publicación: 05/04/2018 |

ISBN: 978-84-670-5171-1 |

Código: 10207731 |

384 páginas | Formato: 15 x 23 cm. |

Tapa dura con sobrecubierta | 19,90 €