Con el otoño avanzado, en una playa francesa bajo la lluvia se cruzan los caminos de los dos protagonistas, A partir de ese encuentro casual, uno de ellos llevará al otro a una verdadera catástrofe. Ante una joven asustada que pide ayuda, Simon se ve envuelto en un viaje de huida lleno de violencia ante el que no puede negarse a participar.
El protagonista mostrará un cambio de su personalidad a lo largo de la novela, y aunque su deseo de agradar le llevará a un situación complicada de la que no puede escapar. se le acusará de ser un hombre débil, servil y conformista. Pretende ser el exmarido perfecto, padre perfecto… Esa doble vertiente entre ser un hombre bueno o ser manipulable lleva al lector a distintas interpretaciones sobre la personalidad de Simon, que no será el estereotipo de hombre fuerte y protector, sino que muestra sus debilidades ante unas vivencias que le superan.
Se nos presentan distintas voces narrativas, por lo que al presentar a Nathalie en primera persona la autora se acerca al personaje demostrado su vulnerabilidad. Su dolor, heridas emocionales la llevarán a buscar protección sin que nada pueda detenerla. El lector irá descubriendo quién hay detrás de la huida de los protagonistas, pero manteniendo dudas sobre quién es víctima o quién culpable. Asi la intriga perdura a lo largo de toda la novela, enganchando al lector, que no podrá dejar de leerla.
Otros escenarios irán completando el cuadro donde encajar todas las dudas planteadas al comienzo de la novela. La historia servirá al mismo tiempo para concienciarnos de situaciones problemáticas que están más cerca de nosotros de lo que uno pudiera pensar, de manera que aunque sea ficción, hay un trasfondo de denuncia social, que se basa en hechos reales, los cuales la sociedad a veces parece querer olvidar.