La novela

Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.

En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.

Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.

La introducción

«Como nací en 1939 y mi conciencia se formó durante la Segunda Guerra Mundial —afirma la autora en una introducción nueva, escrita para esta edición—, sabía que el orden establecido puede desvanecerse de la noche a la mañana. Los cambios pueden ser rápidos como el rayo. No se podía confiar en la frase: “Esto aquí no puede pasar.” En determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar.» A la hora de escoger qué atrocidades se narrarían de aquel mundo que entonces parecía casi inimaginable, Atwood se impuso como norma no contar  nada que no hubiera sucedido ya, de manera probada, al menos una  vez en algún lugar. Tal vez de esa estrategia proceda la solidez con que El cuento de la criada accedió, casi de inmediato, al podio de lo que la propia autora prefiere llamar «género especulativo», con la grata compañía de 1984 y Un mundo feliz. Con todo, esta obra trasciende cualquier limitación de género: más allá de su acierto en la predicción de ciertos peligros políticos, ha sido catalogada también como novela feminista y libertaria. Desde su publicación original en 1985, nunca ha perdido su vigencia. Con el tiempo, tras haberse traducido a más de cuarenta lenguas, en 1990 se estrenó la versión cinematográfica, dirigida por Volker Schlöndorff, con guión de Harold Pinter e interpretación de Natasha Richardson, Faye Dunaway y Aidan Quinn. Ha sido una ópera y un ballet. Será, dentro de poco, una novela gráfica. Y, a partir de abril de 2017, una serie de televisión.

La serie

La serie televisiva de El cuento de la criada, producida por la Metro Golden Mayer y cuyo estreno está previsto para abril de 2017, cuenta con 10 capítulos. Margaret Atwood ha participado en los guiones e incluso se ha prestado a aparecer en un cameo. Las actrices principales son Elizabeth Moss (Mad Men), Yvonne Strahovski (Dexter), Samira Wiley (Orange Is the New Black). Los dos papeles masculinos corren a cargo de Joseph Fiennes y Max Minghella.

La autora

Margaret Atwood (Ottawa, 1939) es una de las escritoras canadienses de mayor renombre internacional. Autora prolífica, ha cultivado diversos géneros literarios y su obra ha sido traducida a más de cuarenta idiomas. Entre sus novelas destacan, además de El cuento de la criada, que ahora presentamos con una nueva introducción de la autora, Ojo de gato, Alias Grace y Oryx y Crake, que fueron finalistas del premio Booker, un galardón que obtuvo con su décima novela, El asesino ciego. Ha recibido también el Governor General’s Award, el Premio Montale, el Premio Príncipe de Asturias de la Letras, el Premio Nelly Sachs, el Premio Giller y el National Arts Club Literary Award.

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