Yasmina Reza lleva ya unos cuantos años cosechando un buen nombre no solo en la literatura también en la dramaturgia, como actriz y como directora de cine. Hija de una judía húngara y un padre ruso de origen iraní ambos exiliados en París quienes le enseñaron a amar la libertad de pensamiento y que es necesario expresarse libremente sin temor a nada, ha sido criticada y señalada por la policía de lo políticamente correcto que no pueden entender las cosas dichas de manera directa sin medias tintas calificándola como una misántropa o una misógina, para los que la hemos leído y conocemos su trabajo es difícil encontrar algún punto del que sus críticos se agarren para llamarla de esa manera. Se hizo mundialmente conocida para los que no son grandes lectores por escribir la obra de teatro “Le Dieu du Carnage” o mejor conocida en español como “Un Dios Salvaje” que posteriormente sería llevada a la pantalla grande por Roman Polanski en el año 2011. Se dio el lujo de negarse a la cadena HBO que le pidió escribiera una serie para ellos. Uno de sus libros mas conocido y no poco polémico editado por Anagrama lleva por nombre “El alba la tarde o la noche” en el que la autora se convierte en una periodista que acompaña día, tarde y noche cuando era posible a Nicolás Sarkozy en donde cuenta sus impresiones como periodista junto con entrevistas y comentarios que pocos se atreverían a publicar pero con esa forma que caracteriza a esta autora supo como describir a un hombre de la política contemporánea como muy impaciente, angustioso y nervioso entre tantas otras cosas.
Su regreso este año 2014 es con el libro “Felices los felices”, un nombre con el que juega y rinde de alguna manera un pequeño homenaje a Jorge Luis Borges, de hecho el inicio del libro es con un frase del gran autor argentino que ya nos predispone para lo que vamos a leer en cada una de estas historias en las que se entrelazan desde el humor, el drama, la locura, el sadomasoquismo, la rutina, la enfermedad y la necesidad que tienen algunos seres humanos de aferrarse a otros como si eso fuese ya toda la posible felicidad que se pudieran encontrar.
21 historias todas con nombre de hombres y mujeres integran esta tela de araña bien construida llena de todo tipo de sentimientos entre los que a medida que se avanza y entre capitulo y capitulo se va entendiendo la obra de una manera global. Personajes donde la rutina en un automercado, las relaciones veloces o el amor de solo una vez, un joven que luego de una larga admiración convertida mas tarde en obsesión con la cantante Celine Dion comienza a creerse que es ella, una madre enferma con cáncer, un Dr. homosexual, políticos y amantes, encontrarse en una relación amorosa agresiva, una mujer que habla con los muertos y el resto de los cuentos hacen un solo libro dando forma a un cuerpo completo y a circulo alrededor del lector que al llegar a su final se cierra por completo y nos deja una moraleja que va a depender de la posición que tenga quien lee sobre lo que es el amor, las relaciones de pareja que apenas comienzan o esas que ya llevan décadas juntos sobreviviendo al día a día.
Algunos aseguraron que “Felices los felices” dejaba un sabor de negatividad y pesimismo sobre el matrimonio y las relaciones de pareja, luego de terminarlo al menos yo no sentí eso, algunos de los personajes no buscan redención en el otro compañero, otros descubren virtudes en si mismos gracias a el espejo que es su pareja.
Aunque ya es muy habitual las historias donde desconocidos van uniéndose poco a poco en “Felices los felices” hay algo que la hace resaltar y es lo fulminante y apasionados que pueden ser los diálogos de los personajes entre ellos, ahí es donde reside sin lugar a dudas el éxito de una obra bien sea cinematográfica, de teatro o en este caso literaria.
“Felices los felices” Premio Le Monde 2013 lo recomiendo de varias formas, como lectura ligera pero que de verdad hace sentir o como anecdotario de lo que son las relaciones de parejas y como se sobrevive o se vive con la palabra amor.