Obviamente, si se la compara con La señora Dalloway, Los años resulta una novela menor, no lograda. Quizás el hecho de retocarla tanto le quitó cierta frescura y le añadió un peso que a veces le sobra. Aunque, de cualquier modo, es un producto típico de la Woolf, en el que podemos intuir su mano e impronta. El tema central, el paso del tiempo, es perfectamente identificable. Aunque hay muchos personajes, la mirada de Virginia no recae sobre todos por igual, porque en realidad son meros instrumentos para transmitirnos la idea del esencial devenir, del qué hacemos aquí: qué somos, de dónde venimos, a dónde vamos. Así, de muchos personajes sabemos por lo que unos cuentan o recuerdan.
Y además de los personajes humanos, hay otro personaje más: Londres, La ciudad que la atraía profundamente hasta el punto de perturbar sus ya de por sí frágiles sentidos. Percibimos el latido de la ciudad, sus silencios, sus ruidos, la luz y la oscuridad, la niebla, el perfume de las primeras flores y el roce de la nieve al ir cayendo en suaves copos. Pero de un modo u otro, la autora británica nos muestra, además, un mundo –su mundo- que paulatinamente va viniéndose abajo, derrumbándose. Comenzando con la muerte de la madre, (recordemos que su madre murió cuando ella tenía 13 años y que le afectó profundamente) mientras los hijos mayores apenas han llegado a la veintena, y la familia vive un próspero nivel económico. Años después, van casándose algunos de los hijos (varios quedarán solteros) y el padre finalmente fallece. A partir de ese momento la familia se va disgregando, los hijos, todos adultos, los primos, cada uno ha seguido una dirección distinta y a veces contrapuesta: Edward la vida de Kitty choca frente a los parámetros de Eleanor, que se acerca en algunos aspectos a la propia Virginia, mientras que Rose encarna el lado feminista y Sara/Sally, el lado oscuro; Martin y Morris son tratados muy indirectamente, desde la mirada de sus hijos, North y Peggy; las hermanas Maggie y Sara son diametralmente opuestas; Delia se casa tardíamente con un irlandés probritánico para ocultar un cierto oscuro pasado y Rose, la menor, tiene problemas con la justicia y pasa una temporada a la sombra, mientras que Edward, el mayor, vive enclaustrado en su mundo universitario y nos recuerda a Thoby, el hermano mayor de Virginia, que murió prematuramente.
En suma, la obra conjuga un continuo homenaje al mundo virginiano: Londres, Inglaterra, las eternas discusiones intelectuales, las reuniones del té, los recuerdos del pasado y el anticipo del futuro: el paso de la era victoriana al mundo moderno. En las novedades que van ocurriendo dentro y fuera de la familia Pargiter somos espectadores que presenciamos el desarrollo de una sociedad, supuestamente, el progreso. “Qué terrible es la vejez, pensó; apaga todas las facultades, una tras otra, pero deja algo vivo en el centro, deja una partida de ajedrez, un paseo en coche por el parque, una visita del viejo general A. al atardecer. Era mejor morir, como Eugénie y Digby, en la flor de la vida, con todas las facultades”. (pág. 175) Comentario en boca de Eleanor que, como en algunas otras obras virginianas, anticipa una cierta dirección de sus pensamientos.
La reunión de todos -los supervivientes- en una gran fiesta familiar, en el capítulo final Los días presentes (los años treinta, presumiblemente) tiene mucho de La Señora Dalloway, y cierra el libro con una nota verdaderamente típica. Eleanor, la matriarca, mira hacia el pasado, mientras los recuerdos afloran. “Una ráfaga había abierto alguna puerta, una de las millones de puertas que había habido en los setenta y tantos años de Eleanor; y por la puerta entró un pensamiento doloroso” (pág. 373). North, el hijo de Morris, recién llegado de una granja en África, donde se refugió tras participar en la guerra del 14, se encuentra como un desconocido ante el resto de la familia y amigos, a quienes descubre viejos y achacosos, en franca decadencia. Pero tampoco tiene lazos con los más jóvenes, de los que le separa la vida aislada llevada en África. La mirada de North y la de su hermana Peggy ponen el contrapunto, un cierto toque de amargura e inseguridad ante el futuro próximo que les espera.
Con los motivos repetidos de la lluvia, o la nieve cayendo, el zureo de las palomas, el ruido de la calle, el sol del atardecer contemplado desde la ventana del salón, la escritora sabe crear ese clima tan personal que es el sello de su obra. Sin ser la mejor de sus novelas, quizás sea la menos experimental y la más asequible a un público que desee empezar a leer a Virginia Woolf.
Ariodante
FICHA DEL LIBRO
Título: Los años | Autor:Virginia Woolf | Editorial: DeBolsillo | Páginas: 452 | Precio : 9,95€COMPRA ESTE LIBRO EN FNAC.ES Y PAGA 1€ POR LOS GASTOS DE ENVÍO
Qué curioso, soy amante de la lectura de Virginia Woolf, y justamente ahora me estoy leyendo este libro. GRAN RESEÑA Y GRAN RECOMENDACIÓN.
Saludos
Isa Merino
Chawton St.
hace mucho tiempo le cogí gran afición a esta autora, pero ultimamente la tengo un poco abandonada… seria bueno reencontrarse con ella
un beso
lourdes