El equilibrio de esta obra marcadamente japonesa entre la ternura a raudales y la fantasía contenida es prodigioso. Realmente se trata de mezclar tres conceptos difícilmente combinables, Japón, sensibilidad e imaginación. Seguro que somos capaces de mencionar nombres que combinan cualquier pareja de esos conceptos, pero los tres es complicado. TakujiIchikawa lo consigue sacando nota alta con este libro que anda ya por los dos millones y medio de ejemplares vendidos… en Japón. LEER MÁS
Takkun y Yuji son un padre treintañero y su hijo de seis años de edad que hace un año perdieron a Mio, esposa y madre tras una dura enfermedad. Su existencia masculina les ha convertido en sorprendentes supervivientes tras una higiene, organización y alimentación reducidas al mínimo. Para colmo de males Takkun sufre de abundante fobias y enfermedades reales que le impiden realizar actos tan sencillos como montar en autobús, circular en coche o entrar al cine.
Cierto día dando su habitual paseo cerca de una fábrica abandonada aparece Mio, más joven, más guapa, más sana y sin recuerdo alguno de ellos. A la memoria de Takkun afloran las últimas palabras de ella en las que prometía volver en las estación de las lluvias, para marcharse de nuevo cuando terminen.
Esa situación requiere una adaptación forzosa pero comprensiva a través de la cual todos van redescubriéndose y creando una relación paralela a la que había existido.
Ichikawa como buen japonés escribe sencillo, llano, fácil incluso para los europeos cerrados. Es capaz de hacernos tragar saliva muchas veces y que las lágrimas asomen en otras. Mantiene la fantasía y la intriga hasta el final en el que acrobáticamente cuadra todos los detalles dentro de un colofón muy acertado.
Obra para disfrutarla y compartirla que nos transmite la posibilidad de olvidarnos del materialismo y el hedonismo actual y centrarnos en lo que verdaderamente vale la pena.