No cabe duda que la literatura sudamericana vive, desde hace algunos años, otro momento esplendente del que se benefician, en primer lugar, su madrina, editorial Alfaguara, a la que le están saliendo bien rentables sus criaturas, y en segundo lugar nosotros, lectores a quienes sus apuestas no suelen decepcionar. Estos días hemos sabido también que la novela del peruano Santiago Rocangliolo, Abril Rojo (Premio Alfaguara 2006) ha sido reconocida con el Premio Independiente de Ficción Extranjera en Londres. Si uno tiene en cuenta que dicha novela se ha impuesto a El Museo de la Inocencia de Orham Pamuk, ahí debemos congratularnos todos los beneficiados de la lectura en español. LEER MÁS
En esta ocasión “the winner is” El ruido de las cosas al caer, reciente Premio Alfaguara de Novela, del también colombiano Juan Gabriel Vásquez al que precede una notable trayectoria.
Esta novela de poético título despega con la curiosidad que en el joven Antonio Yammara despierta Ricardo Laverde, un hombre de pasado nebuloso, del que sólo consta que fue piloto, al que conoce en los billares que ambos frecuentan para sobrellevar la molicie de sus horas muertas. El interés del primero por el segundo, inicialmente moderado, propicia el acercamiento entre ambos pero, justo cuando éste deviene en incipiente amistad, el brutal asesinato de Laverde (no me abucheen aún los lectores de esta reseña, que esta revelación no malogra el interés), pone fin a la breve relación entre ambos hombres. A raíz de dicha muerte, lo que hasta entonces había sido simple curiosidad por la vida de su enigmático amigo, se transforma para Antonio en una obsesión que le incita a desmadejar el pasado de Laverde a riesgo de poner en peligro su estabilidad emocional y su relación de pareja.
A partir de ahí la novela se bifurca en dos veneros: el que arrastra la vida de Antonio, eventualmente consagrada a recomponer su fragmentario conocimiento de Laverde y -a medida que va despejando incógnitas sobre el difunto- el que recupera el pasado de Laverde y su relación con Elaine, lo cual da pie a un veraz fresco político y social de la Colombia de los años setenta, recién nacida la era del narcotráfico. La investigación sobre la vida de Ricardo Laverde se expande así hasta alzarse en crónica de la historia de un país, en memorándum de unos jóvenes idealistas cuyas vidas se vieron repercutidas por el funesto negocio que nació con ellos.
Con encomiable precisión, con unas historias técnicamente bien armadas, compensadas y mejor yuxtapuestas, nos deja Juan Gabriel Vásquez esta novela de amistad y amores frustrados sobrevolada por el lúgubre ectoplasma de la Colombia de los últimos cincuenta años. Y, como no podía ser menos en un novelista que se precie de serlo, Vásquez nos adereza su ración de naturalismo con una eficaz dosis de suspense.
LALE GONZÁLEZ–COTTA
Tiene buena pinta =)
Lo he ojeado en la Feria del Libro, quizá caiga, que tengo que volver.
Besotes