Estos cuentos droláticos (divertidos, del francés drôle) están ambientados en la Edad Media. Así nobleza y clero son los estratos de los cuales están fabricados los personajes. Los amores carnales, el ascenso en el estatus social, la consecución de riquezas y en definitiva cualquier tipo de hedonismo componen los motivos de sus protagonistas para actuar de la manera que lo hacen.
Balzac (Francia, 1799-1850) proyectó escribir diez décimas de estos relatos pero sólo culminó tres y empezó la cuarta. A partir de 1841 su interés estuvo en La comedia humana, la cual tampoco pudo completar, pero que está escrita con un tenor bien diferente que los cuentos. La razón no es su incompetencia para el humor inteligente (Gaieté) pues sobradas muestras de su talento encontramos en estas más de seiscientas páginas de risas y sonrisas, de rostro y de mente. Balzac juega con el lenguaje dándole un tono arcaico, inventando palabras, incluso alargando las definiciones para evitar ser explícito y saltarse la censura pública. Evita así ser ofensivo de forma innecesaria, mientras ese rodeo que da enriquece aún más su literatura.
Doré ya había ilustrado los cuentos de Rabelais con gran éxito. Por tanto para la edición póstuma de los Cuentos droláticos no había nadie más indicado que él. Tomen nota de lo que el prólogo indica sobre sus grabados: “el buril del artista ahora se deja arrastrar con fluidez por la fantasía grotesca a la que parece invitarle el pastiche balzaciano: las caricaturas más horrendas abrazan a las más hermosas doncellas en un entorno en ocasiones estrambótico, en otras mágico y en otras señorial y fastuoso.”
En dicho prólogo podrán anticipar algunos ejemplos gráficos de lo indicado.
Sobre la edición -cuyo peso es de 1200g- debemos decir que goza de una encuadernación clásica, sólida, una tipografía enraizada en la época que se escribió y unos extras como el índice de ilustraciones explicadas que hacen más agradable su lectura.
Muchas horas de agradable lectura en un sólo volumen ideal para regalarlo o regalárselo uno mismo, por un precio menor que el de cualquier perfume pero con una aroma pícaro que nos acompañará mucho más tiempo.
En este mes de los libros hagan un hueco para los Cuentos droláticos. Seguro que triunfan.
Marc Canela
PRÓLOGO DEL LIBRO
FICHA DEL LIBRO