LaiaFàbregas provocó hace unos años un curioso fenómeno literario, el mismo que Nabokov o Conrad, triunfar con un primer libro no escrito en su idioma nativo sino en el del país de residencia. En este caso la Fàbregas logró consolidar en Holanda su libro La niña de nueve dedos (El Aleph 2008) antes de que rebotase con sus traducciones por media Europa, incluida -como no- la propia España. Ahora con la editorial cambiada -ahora Alfaguara- se publica su segundo libro, escrito originalmente en holandés también, y traducido esta vez por ella misma. Familia, pasado y desarraigo, tres de las claves del primero vuelven a estar presentes, Holanda y Barcelona también, se añaden Cáceres y Figueres al puzzle. LEER MÁS
Landen, países y aterrizar en holandés, es el título cuya explicación brota en el primer capítulo, donde los dos personajes Ella y Él son presentados a los lectores durante un vuelo Barcelona-Amsterdam. Después en capítulos alternos iremos poco a poco conociendo la historia de cada uno. Él, natural de un pueblo cacereño, aceptó la proposición de ir a trabajar a Holanda en una fábrica eléctrica. Ella, holandesa, trabaja en una oficina de Hacienda pero realiza misteriosos viajes relámpago en busca de ciertos nombres de una lista ajada que todavía conserva.
Emigración, amor, familia, enfermedad, regreso, emancipación de los hijos, muerte, vacío(Él). Búsqueda, lista, niñez, accidente, ángel (Ella).
LaiaFàbregas construye una densa historia de dos personajes en busca de su nexo de unión. Con cariño y esmero reconstruye dos vidas, lineal y consecuente la de él, eléctrica e impulsiva la de ella. Todo simula ser un cuento, una fantasía, una fábula, pero no es así. Son simplemente dos historias perfectamente plausibles que en la pluma de la autora cobran un aura especial que arrastrará con sus puntos de intriga al lector hasta el final del argumento sin tregua.
Una lectura muy diferente de las habituales que con un método sencillo y una trama realista ofrece un resultado sorprendente.
