No obstante, su vida personal no funciona como debería, incapaz de mantener una vida sentimental plena sufre por su pasada relación con Ling y no se atreve a lanzarse a por la joven ayudante del caso anterior que ni siquiera aparece personalmente en este.
El caso Mao es una novela histórica. Como todas las de serie está ambientada en los primeros noventa, pero hunde sus conexiones y sus tramas con el principio del comunismo chino, la Revolución cultural, adentrándose hasta el nuevo capitalismo y los “bolsillos llenos”. Por eso quizás resulte tan atractiva y adictiva puesto que nos presenta cuatro décadas de avatares chinos cruzadas en vertical por la trama y la investigación.
En este caso Xiaolong apunta lo más alto posible, al propio Mao, y a una de las amantes que tuvo, la bailarina y actriz Shang. Después del romance ella se suicida dejando una hija que repite sus pasos con diferentes amantes de bajo nivel. Un accidente acaba con su vida quedando en pie sólo su hija, la nieta de Shang, Jiao, quien será la verdadera protagonista de la trama.
Al parecer Mao entregó “algo” desconocido a su amante Shang. Ese “algo” ha pasado de generación en generación hasta su nieta Jiao. Aunque ha sido investigado durante décadas no se ha podido descubrir qué es. Ahora que Jiao, una simple recepcionista, de repente empieza a vivir una vida de nueva rica sin tener amante conocido las alarmas se encienden ante la posibilidad de que haya vendido o intentado vender ese “algo” a occidente.
Abandonados ya los métodos de tortura sistemática, el ministro pide a Chen Cao que se ocupe del asunto antes de que los equipos especiales lo hagan.
Chen deberá mantener un dificilísimo equilibrio entre la investigación, la presión política, las amistades y las nuevas revelaciones sobre Mao que irá descubriendo, para al final encontrar, no ya las respuestas, pero sí los porqués de tanto jaleo.
El Wallander chino sigue dándonos horas y horas de agradable lectura y lecciones de costumbrismo social chino. No se pierdan este interesante Caso Mao.
Pepe Rodríguez