Gotllieb mezcla suavemente la historia que lleva a Rob al asesinato y al suicidio con la huida hacia delante que emprende el amigo sobreviviente. El género negro aparece por un lado, mientras el drama envuelve la vida de Nick. De repente, la aparición en escena de la madre del escritor y su hermana generarán los otros ángulos de este argumento, por un lado el misterio que une a una familia con otra y por el opuesto la relación amorosa pendiente desde la adolescencia con la hermana del cadáver.
Novela calmada, sin tensiones especiales en la que Gottlieb parece haber atenuado hasta las escenas más hirientes o complicadas tiñéndolas con el determinismo con que Nick se enfrenta a los cambios que se suceden en su vida, sin apenas parecer que le afecten.
Reflexión profunda sobre aquello que enmarca nuestra vida, nuestros amigos, la pareja, la familia, el amor, el futuro y, cómo no, al final el pasado. Sólo podemos reprocharle su excesivo ‘americanismo’ que hace parecer seres irreales a los personajes para los españolitos de a pie, cuya escala de valores y métodos vitales resultan bien diferentes.
Si quieren experimentar con algo suave, perturbador y medianamente misterioso, aquí tienen su oportunidad.
Pepe Rodríguez