Su curioso y quijotesco método parte de un personaje ficticio, el escritor Crispín Salvador, quien es encontrado ahogado en las aguas del río Hudson en Nueva York. Asesinato o suicidio es lo que al parecer se intenta resolver. Sin embargo la trama va mucho más allá. El alter ego de Miguel Syjuco, el homónimo amigo del fallecido es precisamente el encargado de averiguar lo qué le ha sucedido a Salvador. Para ello se encarga de bucear en su pasado reconstruyendo la totalidad de la historia del polémico escritor, sacando a la luz todos los trapos sucios de la historia reciente de las Islas Filipinas.
Multitud de fragmentos se van entremezclando para conseguir dibujar un perfil completo del escritor Crispín Salvador. Así memorias, fragmentos de sus novelas, entrevistas, chistes, reflexiones e informes irán poco a poco uniéndose hasta componer un mural a todo color y detalle de los diferentes tipos de personas de su país con un perfilado mucho mas audaz y atrevido que cualquier otro libro de la llamada Historia.
Precisamente es ese método de composición el logro del libro. Es el todo del mismo mediante el cual Syjuco va falseando la realidad, y a la vez es la supuesta falsedad de ese método lo que da veracidad al conjunto. Al final el lector queda con la posesión de su verdad, la que ha extraído exprimiendo esos retazos y destilando entre las ficciones y realidades. La verdad de Filipinas contada por un personaje falso llamado Miguel Syjuco escrito por un autor real del mismo nombre. Juego de espejos, burla mayúscula u obra maestra, se preguntará el futuro lector. Indudablemente lo último.
Pepe Rodríguez