Conseguir un gran relato intimista donde en principio solo hay sombras y dudas, donde lo concreto brilla por su ausencia y solo las sensaciones y los recuerdos persisten, y conseguir que llegue a tocarnos el corazón está al alcance de muy pocos. Hacer esto con el telón de fondo de Madrid y fundamentalmente Barcelona dotándolo de un halo de amargura contenida, lirismo emocionado y determinismo vital sólo está al alcance de narrador que tiene AbilioEstévez. (leer más)
Los últimos acontecimientos en Cuba nos han hecho preguntarnos a muchos qué sentimientos y sensaciones surgen en los intelectuales que acaban de venir a España para quedarse y ven por vez primera ciudades tan diferentes de las propias aquí. Como si de una profecía se tratara Estévez trae a Madrid a su personaje, su alterego, un gran estudioso cubano para conferenciar sobre el gran Martí. Sin embargo, este hombre decide quemar su pasaporte y trasladarse a la ciudad que después de París más atrae a los intelectuales americanos, Barcelona. Con poco dinero y un racimo de recuerdos recorre y reconoce la ciudad en su propia viva conectando sus vivencias con los nombres de las calles, los olores, las láminas, los ruidos, la música. Así es como el recuerdo del bailarín ruso de Montecarlo es convocado para revivir en una prodigiosa y genialmente construida creación de un personaje en función de lo adyacente, lo tangente y cercano evitando lo directo. AbilioEstévez despliega sus dotes narrativas arremolinando la juventud de su erudito con el declive de su bailarín para producir el fracaso actual del primero. Fracaso vital para los lectores pero éxito para él que en su huida hacia delante conseguirá exorcizar su pasado y disfrutar de todo aquello que la vida le ha negado a él, al bailarín y a tantos otros y otras en la Isla.
Obra breve, tierna y directa se consume con lentitud y delectación saboreando cada escena y cada recuerdo. Una pequeña genialidad que no merece caer en el olvido.
Pepe Rodríguez SINOPSIS
Invitado por una universidad española, Constantino Augusto de Moreas aterriza en España después de toda una vida en Cuba, enclaustrado en su investigación erudita sobre el poeta José Martí. De pronto, decide faltar al congreso al que está invitado en Zaragoza y proseguir en el tren hasta Barcelona. Al interés de conocer cómo se vive en su idolatrada Europa, Constantino une su afán de darle cierto sentido a su mortecina vida, y recobrar viejas ilusiones, viejos amores que han quedado arrumbados por el tiempo y el pudor. Se aloja en una pensión del Raval, intima con la dueña y, paulatinamente, descubre que la realidad es más dura de lo que sospechaba. Lejos de La Habana y de lo que fue su mundo, sólo una imagen fantasmagórica reaparece en sus recuerdos: la de un viejo compañero en una zafra azucarera, un bailarín clásico que le prometió, en su juventud, que acabaría actuando en una famosa compañía, los Ballets Rusos de Montecarlo. ¿Es el viaje una huida, una última oportunidad que quiere concederse el protagonista, un ajuste no descifrado de su pasado, o la asunción de su final?