Su biblioteca, dice Bonnet es una extensión de sí mismo y además cree (sabe, más bien) que por sus libros los conoceréis, que por cómo ordena su bibliotecas sabrás que esconde ese amigo que guarda libros. Citas de muchos autores, enumeración de anécdotas personales, testimonios de libros leídos y otros olvidados hacen de este pequeño texto (permítanme la cursilería) una delicia (lean la cita que abre el libro y serán más benevolentes), ya lo comprobarán.
Inevitable es ver en estas páginas llenas de libros y fantasmas algo de Cortázar y su cuento “Casa tomada”: los muchos libros amenazan con dejarnos en la calle un buen día o abrirnos la cabeza a las primeras de cambio. Nueve capítulos, 120 páginas que al leerlas da la sensación de haber leído muchas más, de haber estado de visita en un montón de bibliotecas, de haber pedido prestado (y devuelto) muchos libros que seguramente nunca veremos traducidos.
Un texto apasionado y apasionante que ha recogido las mamías de Bonnet, las nuestras y las tuyas para dejar definido el perfil del bibliómano lector que no puede vivir sin su biblioteca y que allí donde vaya siempre necesita algo que llevarse a los ojos. Esta es una obra que dejara retratado a más de un lector.
Alberto Mangel es muy citado, es el otro “fijador” de una historia de la lectura y ha sabido explotar como pocos el siempre fértil terreno de la reflexión sobre el maravilloso hábito, vicio, manía, necesidad de leer. Las obras son complementarias aunque las de Mangel sean más sesudas.
El secreto del título mejor se lo reservamos a los que se aventuren a leerlo. Hasta que no lo averiguamos leyendo, el título nos dio más de una posibilidad y dejó correr la imaginación. Espero que se metan en esta aventura y descubran a los fantasmas del título.
El libro termina con un bellísimo párrafo que dice que los libros son como casas antiguas con sus presencias y sus afectos sostenidos en el aire del tiempo y el autor nos deja unos puntos suspensivos. Creo que esos puntos son una invitación a visitar esas casas viejas, a quererlas, a conservarlos a pesar de que el libro electrónico pide paso con firmeza. Una invitación a volver a los fantasmas que seguirán fascinándonos a pesar de que ya no les tengamos miedo.
Pedro Crenes
SINOPSIS
¿Teme usted que el derrumbamiento de su biblioteca lo aplaste mientras duerme? ¿Pone la acumulación de libros en peligro la existencia de su familia? ¿Ordena usted los volúmenes por temas, por autor o siguiendo un criterio por usted solo conocido? Graves preguntas que se hacen los bibliómanos, que, amén de la pasión d e poseer libros, tienen la de leerlos. En este pequeño tratado del arte de vivir con muchos libros aparecen, entre muchos otros, Pessoa intentando convertirse en bibliotecario o el capitán Ahab y el misterio de la pierna que le arrancó Moby Dick. Y es que esos miles de páginas que ocupan nuestras estanterías están habitadas por fantasmas muy vivos que, una vez los hemos conocido, no nos abandonan jamás. «Jacques Bonnet ha escrito una declaración de amor a la literatura» (Jean–Claude Perrier, Livres Hebdo); «Un compendio de ordenación, tratado de jardinería, ejercicio de agradecimiento, investigación policial, novela de aventuras y autobiografía, este relato borgeano es una promesa de felicidad» (Jérôme Garcin, Le Nouvel Observateur); «Un pequeño y delicioso volumen» (Agnès Léglise, Rock & Folk).
Ficha del Libro
Título: Bibliotecas llenas de fantasmas | Autor: Jacques Bonnet | Editorial: Anagrama | Páginas 144 | Precio 14€