Sotseki nos presenta a partir de ese punto inicial primero la sorpresa al no encontrar ni el ambiente ni la cultura ni mucho menos las maravillosas personas que suponía encontrar; segundo, la difícil adaptación y asimilación a esa situación; tercero, el desencanto mayúsculo ante todo, para, cuarto, buscar algún clavo ardiendo al que agarrarse para no hundirse.
En esos planteamientos anda Sanshiro intentando equilibrar su deseo de regresar, con el ansia de casarse con una mujer tokiota que según piensa es demasiado mujer para él, mezclándolo con la idea de traerse a su madre a vivir con él.
Soseki sigue el estilo literario que inició en Botchan, sólo describe la situación, no la juzga, no determina el resultado, no valora los porqués, nos deja en esa tierra de nadie rodeados de personajes apáticos e faltos de actividad vital, sin sangre en las venas, precursores de los protagonistas de sus admiradores como Murakami. Sin embargo, nos ha resultado muy interesante el planteamiento de algunos estudios sobre la obra de Soseki en general y de Sanshiro en particular, referentes a la relación de su forma de escribir con la pintura. Y es que todas las escenas que nos ofrece el autor tienen la composición estática de los obras de los grandes pintores, casi ninguna nos ofrece movimiento real, sino estabilidad y equilibrio, sosiego y descripción. Incluso ralentiza hasta la cámara superlenta algunos movimientos de los personajes, sobre todo las mujeres a las que admira Sanshiro, para mostrarnos en su esplendor esos frescos inmóviles, esos lienzos coloridos de gran valor artístico, que pueden suponer un fin en sí mismos dentro del estilo del escritor.
Deléitense en esos momentos y conviertan en cuadros impresionistas o del simbolismo cada momento de la vida de Sanshiro y verán crecer esta obra muy por encima del propio texto. Y sobre todo relájense, adáptense a la velocidad nula de los protagonistas, no los empujen, al fin y al cabo ustedes también están quietos leyendo un magnifico libro, un genial retrato del Japón de principios del siglo veinte que subyace en la personalidad japonesa actual.
RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL
Considerada la novela puente entre las dos obras maestras de Natsume Soseki, Kokoro y Botchan (Premi Llibreter 2008), Sanshiro es una deliciosa sátira que derrocha ternura y humor a la japonesa. Sanshiro es un muchacho de pueblo que se muda a la cosmopolita Universidad de Tokio para estudiar Literatura. Durante el año que permanece en la ciudad se verá obligado a confraternizar con los esnobs tokiotas, además de con temibles muchachas occidentalizadas, afamados escritores, abnegados científicos y, sobre todo, con su mejor amigo, Yojiro, un adorable granuja, una auténtica comadreja que constantemente meterá a su tímido colega en líos. Por si fuera poco, Sanshiro acabará enamorándose locamente de una muchacha con ínfulas artísticas, y esa será su perdición.
Título: Sanshiro| Autor: Natsume Sóseki | Traducción de: José Pazo | Editorial: Impedimenta | |Precio: 21,95 € | Páginas: 340 |
Una gran obra, sin dudarlo un instante, aunque me gustó más Bochan. También es cierto que era una traducción más lograda que ésta.
Cada vez que leo estas reseñas me quedo pensando en todo lo que sabes