Desafiando al olvido, la biografía de Waldo de los Ríos, es un libro tremendamente conmovedor y emotivo. Si es cierto que los muertos siguen viviendo en los recuerdos que quienes les sobreviven, entonces esta obra es el regreso a la vida del genial compositor hispano-argentino.

Para cualquiera que haya cumplido más de 50 años Waldo de los Ríos es un personaje conocido de su niñez, sobre todo por sus apariciones en televisión y por las notas de crédito de las casetes donde su nombre aparecía repetidamente. Sí, recuerdo perfectamente la noticia de su suicidio. Creo que básicamente la recuerdo por lo explícito de la misma, se había quitado la vida. Para un niño de 10 años como yo aquello supuso una dura realidad. Alguien podía suicidarse siendo una persona muy conocida y de mucho éxito. Algo no cuadraba en esa nota. Sabía que era el compositor del Himno a la alegría, repetido hasta la saciedad en aquellos tiempos posfranquistas, y le conocía como autor y arreglista de la mayoría de los cantantes que mi hermano mayor escuchaba en las cintas de su casete. Quizá sea por todo esto, que quedó almacenado en mi memoria como algo descuadrado por lo que leer su biografía me ha tocado muy adentro.

¿Por qué se suicidó Waldo de los Ríos? La pregunta recorre el minucioso trabajo de  Miguel Fernández. Pregunta que intenta responder aunque son los demás quienes se la presentan continuamente, desde su entonces viuda Isabel Pisano a quienes le conocieron de joven en Buenos Aires, continuando por sus músicos y conocidos en la España de la época. Miguel Fernandez con gran esfuerzo ha reconstruido la tormentosa vida del músico, arreglista y compositor. Novelando algunos pasajes y documentando la mayoría el autor comienza situándonos en los últimos meses de la vida del compositor. Lo describe agotado y preso de una depresión. Cuenta el abandono de su cuerpo tanto en Madrid como en Buenos Aires. Certifica ese olvido desde el mismo momento de su muerte hasta la actualidad.

Durante cerca de dos años de trabajo, Miguel Fernández ha realizado un exhaustivo recorrido por los distintos escenarios en los que se desarrolló la vida del músico, desde la casa donde residió en Buenos Aires hasta el cementerio de la Chacarita, donde el músico está enterrado. En ese marco sitúa las entrevistas con algunos de los músicos y artistas que lo conocieron, como Michel Legrand, que falleció poco después, Miguel Ríos o Karina, entre otros. A través de sus recuerdos se va tejiendo la crónica de una vida.  

Cobran vida así su niñez infuida por su posesiva madre, la Calandria de América, sus comienzos en solitario, su flamante carrera en España, su gran éxito con El himno a la alegría, y su nada aparatosa caída a los infiernos que terminó con su suicidio.

Con un hilo temporal trufado con los testimonios de aquellos que le trataron Miguel Fernández es capaz de emocionarnos tratando la figura de Waldo. Con un mimo y un cariño excelso lo describe y acoge para que ahora todos podamos hacernos cargo de la herencia de una vida segada en la cima de éxito, trasmitiendo todas las sensaciones que un juguete roto como fue Waldo puede hacernos llegar.

Una obra para recordar y emocionarnos, con su propia banda sonora cuyas canciones inician cada capitulo y que mezclada con los textos hacen que Waldo de los Ríos vuelva a vivir… y esta vez para quedarse para siempre con nosotros en su herencia y legado.