Las 15 frases más memorables de Nikolái Gógol

Citas de Nikolai Gogol en el 168º aniversario de su muerte

By Fredo Aleman

Nikolái Gógol nació el 31 de marzo de 1809, en Mirgorod, provincia de Poltava (Rusia). Fue un escritor ruso de origen ucraniano. Cultivó varios géneros, pero fue notablemente conocido como dramaturgo, novelista y escritor de cuentos cortos. Su obra más conocida es, probablemente, Almas muertas, considerada por muchos como la primera novela rusa moderna.

A continuación os dejo las frases más memorables de Nikolái Gógol:


  • El ejemplo tiene más fuerza que las reglas.
  • La juventud es feliz en lo que tiene de porvenir.
  • El pánico es más contagioso que la peste y se comunica en un instante.
  • Lo difícil es ganar miles honradamente, los millones se amontonan sin trabajo.
  • Si yo no puedo ser feliz, quiero consagrar toda mi vida a la felicidad de mis semejantes.
  • Por estúpido que sea lo que dice el necio, en ocasiones es más que suficiente para confundir al hombre inteligente.
  • ¡Qué cantidad de maravillosos proyectos nacieron en ti, cuántos poéticos sueños y cuántas asombrosas impresiones has hecho nacer!
  • Cuanto más común es un objeto, más por encima de él debe hallarse el artista a fin de conseguir de él lo no-común, para que esto llegue a ser verdad completa.

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  • Un compañero o un amigo te engañará y será el primero en traicionarte en un momento difícil, pero el dinero no te traicionará nunca. Todo lo podrás alcanzar y vencer en el mundo con dinero.
  • (…) Pero nuestra generación se ríe, y arrastrada por el orgullo y la vanidad, empieza una serie de nuevos errores, de los que con el tiempo se reirán asimismo nuestros descendientes.
  • No ignoro que me tacharán de cruel, pero sé muy bien quiénes serán ésos…Debo recurrir, pues, al instrumento insensible de la justicia, al hacha, que es forzoso que caiga sobre la cabeza de los culpables.
  • Mi lengua y mi estilo son tan imprecisos que en esto me quedo atrás con respecto a muchos malos escritores. Hasta un principiante o un escolar puede reírse de mi lengua. Cuando cojo la pluma, me siento como paralizado.
  • El general pertenecía a esa clase de personas que, aunque hacían de él lo que querían (por supuesto sin que él lo advirtiera), si se le metía una idea en la cabeza, en ella se quedaba como un clavo, sin que existiera ninguna posibilidad de sacársela.
  • Esas acciones tan poco nobles no me producen más que pesadumbre. Cuando veo que hay personas que engañan ante los mismos ojos de todos y que no son castigadas con el desprecio general, no sé lo que me ocurre, me pongo mala. Pienso, pienso…-y poco faltó para que rompiera a llorar.
  • Quedó claramente de manifiesto cómo es el ser humano: es inteligente, sabio, sensato en todo cuanto se relaciona con los demás, pero no en lo que atañe a su propia persona. ¡Qué firmeza y prudencia hay en los consejos que da en los momentos difíciles!