‘Recuerdos socráticos y Aesthetica in nuce’ de Johann Georg Hamannd

Podríamos decir que este autor, teólogo y filósofo alemán (1730-1788) cuenta con, en principio, un atributo esencial como para despertar el interés del lector: es considerado un ‘raro’ De ahí el sobrenombre con el que se le conoce: ‘El mago del norte’ Sobrenombre que, al aparecer, aceptó de buen grado, acaso consciente de una cierta extrapolación mágica de su escritura

Pronto descubrirá el lector, no obstante, que no hay exageración en su rareza, pues los dos textos que aquí se nos presentan suscitan de inmediato la curiosidad de quien leyere tanto por el uso de un lenguaje limpio, cuidado y original, sino por el inusual planteamiento de sus argumentos. Es así que, tanto en ‘Recuerdos socráticos’ como en ‘Aesthetica in nuce’, los dos títulos aquí reunidos, constituyen el discurso de una antítesis, de una postura de abogado del diablo respecto de lo que ya en su día Isaiah Berlin señaló como una característica definitoria de este autor: “Enemigo mortal de la Ilustración y portavoz del Irracionalismo”. Vargas Llosa, un lector ciertamente atento, por su parte destacó, como uno de sus rasgos eminentemente original: “su defensa de la sinrazón –las pasiones, el instinto, el sexo, los abismos de la personalidad- como parte integral de lo humano y su idea de que todo sistema filosófico exclusivamente racionalista y abstracto constituye una mutilación de la realidad y la vida son perfectamente válidas y sus audaces teorías, por ejemplo sobre el sexo y la lingüística, en cierto modo prefiguran algunas de las posiciones libertarias y anárquicas más radicales, como las de un Michel Foucault. Asimismo –añade- resulta profética su denuncia de que, si continuaba por el camino que había tomado, la filosofía del futuro naufragaría en un oscurantismo indescifrable, máscara del vacío y la inanidad, que la pondría fuera del alcance del lector común”

Su discurso personal podriamos decir que resulta claro y sugerente a la vez, distinguible y oscuro: una forma de entender la realidad desafiante, inteligente: “Sócrates, señores míos, no era un vulgar crítico. Distinguía en los escritos de Heráclito aquello que no entendía de aquello que entendía y trazaba una inferencia muy propia y modesta de lo comprensible y lo incomprensible. A este respecto Sócrates hablaba de lectores que sabían nadar. Así, una confluencia de ideas y sensaciones en esa elegía viviente del filósofo transformaba, tal vez, sus frases en un grupo de pequeñas islas para cuya comunicación faltaban puentes y transbordadores del método”

Él mismo, no en vano, tal como se nos señala en la presentación, “exalta la intuición como verdadera forma de acercamiento a la verdad y la mísitica como vía de acceso a la realidad y al misterio”. Creó, así, de algún modo, esa crítica disímil de la realidad que, a la larga, no es sino un homenaje a la postura libre e inteligente.

Un autor, pues, sugeridor, distinto, brillante y polémico; un creador que incita al pensamiento colateral, un desafío para el lector especulativo

Por Ricardo Martínez

HERMIDA

Johann Georg Hamann, conocido como el Mago del Norte, es un pensador profundo, innovador, reaccionario e inusual. Presentamos a los lectores por primera vez en castellano estas dos obras del pensador alemán, precursor del irracionalismo y filósofo del lenguaje en la estela de Friedrich Nietzsche o Ludwig Wittgenstein.

Recuerdos socráticos es un ensayo en el que Hamann trata de desvelar lo oculto de la figura de Sócrates, el enigmático padre de la filosofía. Con una retórica simbolista, plagada de metáforas y citas del Antiguo Testamento, arremete contra la interpretación racionalista de la filosofía socrática de raigambre platónica, a la que califica de simple, errática, de visión deformada de la historia y de la tradición. Con ello ataca al racionalismo, positivismo y espíritu científico ilustrados. Su hermenéutica sacra se afana por rescatar la sabiduría cristiana de unos críticos que, sin saberlo, incurren en los mismos defectos que censuran: absolutismo, fanatismo e intransigencia.

Aesthetica in nuce, opúsculo hermético, es una sátira de la estética racionalista desde Baumgarten hasta Kant, una apuesta por una sensibilidad muy alejada de las disquisiciones de la razón y de los voluminosos tratados filosóficos, que exalta la intuición como verdadera forma de acercamiento a la verdad y la mística como vía de acceso a la realidad y al misterio del ser.

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    • Ficha técnica

      Título: Recuerdos socráticos y Aesthetica in nuce |  Autor: Johann Georg Hamann, el Mago del Norte |Prólogo: J. Rafael Hernández Arias |Traducción: J. Rafael Hernández Arias |Editorial: Hermida | Colección: El Jardín de Epicuro – No Ficción |Páginas: 132 | Formato: 14 x 21,5 cm |Fecha: 2018 | ISBN: 9788494741326 |Precio: 16 euros

    • Foto de Johann Georg Hamann

Biografía

Johann Georg Hamann (1730-1788), conocido también por su apodo Mago del Norte, nació en Königsberg, donde cursó estudios universitarios de Derecho, Filosofía, Filología, Teología y Literatura. Tras un breve periodo, durante el que ejerció de preceptor en Livonia, fue admitido en la casa comercial de su amigo Johann Christoph Berens, para el que realizó encargos en varias ciudades europeas. En la capital inglesa, debido al fracaso de una misión delicada de índole política, experimentó una conversión que le llevó a escribir dos textos autobiográficos: Consideraciones bíblicas de un cristiano y Pensamientos sobre mi vida. De regreso a Königsberg, se resistió a los intentos de su amigo Berens y del filósofo Kant para reconvertirse a los ideales ilustrados, y decidió escribir la que sería su primera obra impresa: Recuerdos socráticos. En ella emprende una crítica de la confianza ilimitada en la razón, de la que, según su parecer, hacía gala la corriente ilustrada. Después de sufrir una fase de incertidumbre económica, logró ocupar un puesto de funcionario, de retribución escasa, con el que compaginó su actividad intelectual. Sus estudios le proporcionaron un dominio extraordinario del latín, el griego, el hebreo y el caldeo, lo que, junto con sus profundos conocimientos literarios, filosóficos y teológicos, atrajo y fascinó a muchos intelectuales de su época, entre otros, a Herder, Goethe y Hegel. En libros como Cruzadas de un filólogo, Cartas hierofánticas o Metacrítica sobre el purismo de la razón se ocupará, con un estilo críptico e irónico, de cuestiones a la sazón polémicas como el origen del lenguaje, el racionalismo, la esencia de la historia o la estética. En 1787 obtuvo una pensión y, ya enfermo, emprendió un viaje a Westfalia para visitar a sus amigos F. H. Jacobi, Buchholtz y la Princesa Galitzin. Falleció el 21 de junio de 1788, en su viaje de regreso, antes de pasar por Weimar, donde tenía previsto visitar a Goethe.