Contra la juventud de Pablo d´Ors

9788416252602Todas las obras de Pablo d´Ors, sean ensayos o novelas, son tremendamente originales y literarias. Su última novela, “Contra la juventud”, es un homenaje para el que en su opinión ha sido el mejor escritor: Franz Kafka. “Estudié en el Colegio Alemán de Madrid y de ahí me viene esa influencia”, cuenta en la entrevista que hemos mantenido con el escritor y sacerdote madrileño. Sus estudios continuaron en Nueva York y estudió Filosofía y Teología en Roma, Praga y Viena.

“Franz Kafka es el escritor por excelencia de la modernidad. Como arquetipo de escritor, él vivió la literatura como una religión. Se sacrifica en el altar de las letras e identifica la escritura con la vida interior”, expresa con una paz interior que irradia su sacerdocio Pablo d´Ors y añade “lo difícil no es escribir, es tener una vida interior”.

Es también uno de los mayores especialistas sobre meditación que tenemos en España, totalmente alejado de esas tendencias orientales que en muchas ocasiones no dejan de ser estafas pesadas espirituales. Para el escritor, “la meditación es peregrinar hacia el centro del ser, ir hacia el templo interior, esa es la contemplación de los creyentes. Meditar es orar, encontrarse con uno mismo”. Una evolución que pasa del orante vocal al mental, algo mucho más discursivo y reflexionado. Cree que está volviendo “la oración contemplativa y silenciosa”.

Supone otra madurez de la vida espiritual frente a todo aquel que condena lo que no conoce. Algo que le ha ocurrido con frecuencia a la Iglesia Católica. “En la medida que la Iglesia condena a las personas, se ha equivocado”, afirma tajantemente, de todos son sabidas las condenas que se hicieron a científicos de Medievo y que en tiempos recientes se ha reconocido el error y subsanado. Pablo d´Ors reconoce esos errores que se cometieron en el pasado y no excluye que puedan suceder en el presente y en el futuro.

Contra la juventud” es un libro magnífico que estará entre los mejores del año sin duda alguna. Tiene dos características fundamentales: por una parte es un libro profundo y, por otra, su lectura no es pesada sino ligera. Acerca al lector cotidiano temas transcendentales de nuestra vida y de nuestro ser. “Es una exploración en la identidad humana a partir de un ego imaginario”, reflexiona el nieto del ensayista Eugenio d’Ors y la forma que ha escogido para hacerlo es la novela. La pregunta surge de inmediato: ¿por qué?

“Lo que aporta la novela es distinto a lo que aporta el ensayo. La novela es estructuralmente más democrática porque el narrador-novelista no se tiene que identificar con lo que dicen sus personajes”, expresa con rotundidad y acierto. Para el sacerdote, asesor del Papa Jorge Mario Bergoglio, la “novela es el género del sentido del humor, donde se hace un cuestionamiento desde cualquier punto de vista y es la ironía lo que la hace moverse”, especula acertadamente y continúa detallando que “la novela nace en la modernidad y de la mano del humor, ahí tenemos a Cervantes”.

La novela es transmisora de experiencias y lo hace de forma distinta a cualquier otro arte. “Mi novela es una novela de ideas, me gustan las novelas de ideas, pero estoy en contra de la novela ideológica que cuando se convierte en pura propaganda deja de ser arte”, apostilla razonadamente y añade a continuación que “las ideas en una novela no tienen que formularse explícitamente, se tienen que hacer mediante una atmósfera, mediante unas historias, ese es el verdadero arte”.

El título de su última novela puede parecer polémico, “Contra la juventud”, “sí, contra la juventud, pero no contra los jóvenes”, puntualiza. “Es un libro que dignifica una etapa de la vida en la cual todos sólo saben decir yo, yo, yo y no saben decir tú. La madurez supone el descubrimiento de la alteridad del otro. En la juventud se está sumergido en su pequeño drama de cada cual, es una etapa de ensayos donde se comenten muchos errores, se tiene una existencia errática. Bien es cierto que se aprende a través de los errores. Nos hacemos daño a nosotros mismos y a los demás”, desmenuza el escritor.

“Todas mis novelas son de aprendizaje porque me interesa la formación del individuo, porque la mayoría de los novelistas hablan de las sombras. Casi todos hablan de las sombras pero pocos entran en las tinieblas buscando la luz”, indica en la interesantísima charla que mantuvimos. Esa búsqueda por las tinieblas es como la espera en el purgatorio de los católicos. Y una forma de entrar en esa búsqueda es utilizando el humor. “Es la mejor manera de ser humilde, ya que ser realista no es nada fácil. Reírse de uno mismo y ponerse continuamente en cuestionamiento es una forma de aprendizaje y de salirse del dramatismo con que se toman la vida los jóvenes”, refiere el autor de “Biografía del silencio”.

Para el nieto del ensayista Eugenio d´Ors, “la literatura que no tiene vida interior, no alimenta el alma y no cumple una función del arte, no es literatura, tiene que alimentar el espíritu del ser humano”, opina. En la actualidad, hay dos grandes clases de literatura. La primera es la de evasión, la que solo pretende entretener y, la segunda, es la de conversión, la que nos hace crecer, la que “leemos para entrar en esta vida y no nos hace huir de los problemas”, refiere.

El problema radica en que muchos escritores, sobre todo filósofos, escriben con un lenguaje tan técnico que no se sabe bien de lo que hablan o lo que quieren decir. “La literatura tiene que ser popular. Hemos hecho un mito de la complejidad y lo primordial del ser humano es la simplicidad”, asegura con convicción y eso es lo que busca este escritor heredero de Herman Hesse y de otros escritores alemanes que le han influido desde su juventud.

Pablo d´Ors reconoce que para escribir buena literatura hay que salir del círculo de confort de nuestra vida cotidiana, “todo lo interesante empieza cuando sales de ese círculo”, comenta. “El escritor tiene que saber desdoblarse”, menciona para ir terminando la entrevista. Quizá por ese desdoblamiento, todos los personajes de “Contra la juventud” tienen algo de él y de sus experiencias pero desde los ojos de su imaginación, algo que ha querido explorar y exacerbarlo hasta sus últimas consecuencias. Precisamente eso es su literatura: una continua exploración de nuestro yo desde distintas perspectivas.

Pablo d´Ors

 

 

 

Reseñado por Javier Velasco

TodoLiteratura.es

Escrito por Pablo d´Ors

Pablo d´Ors (Foto: Javier Velasco)

Edna O’Brien (Tuamgraney, Irlanda, 1932) es una de las voces más prestigiosas de la narrativa en lengua inglesa de nuestro tiempo, aclamada tanto por la crítica como por los más prestigiosos autores contemporáneos.
O’Brien siempre sintió la necesidad de escribir; sin embargo, en 1950 terminó sus estudios de Farmacia, que había comenzado obligada por su familia. Su carrera literaria arrancó con la novela que Errata naturae publicó con gran éxito hace apenas unos meses, Las chicas de campo (1960), que le proporcionó fama mundial, tanto por su calidad literaria como por reivindicar la independencia de las mujeres en un ambiente hostil. La chica de ojos verdes, y Chicas felizmente casadas, que pueden leerse sin conocer el libro anterior, amplían las aventuras de las dos protagonistas de aquella primera novela. Considerada la grande dame de las letras irlandesas, desde la publicación de esta obra, Edna O’Brien ha creado un corpus literario único: con novelas como A Pagan Place (de próxima publicación en Errata naturae), el libro de relatos Saints and Sinners, una obra de teatro sobre Virginia Woolf titulada Virginia y dos importantes biografías: sobre James Joyce y sobre Lord Byron respectivamente.
Tal y como ha reiterado la crítica internacional, sólo James Joyce ha descrito con tanta exactitud y humor lo que se esconde en aquello que denominamos «el alma irlandesa».

Ficha técnicaGalaxia Gutenberg

424 pp. | 22,5 €

Lee un fragmento

Convencido de que para alguien con sus aspiraciones literarias podía convenir vivir en el país de Franz Kafka y de Milan Kundera, el joven Eugen Salmann acepta la propuesta que le hacen de irse al este europeo. Ni de lejos sospecha este aprendiz de escritor que en Praga no conseguirá ni abrir una nueva filial para su empresa ni escribir una sola línea. Más aún: como si fuera un personaje de Kafka, más que escribir una novela… ¡se encuentra viviendo dentro de una! Las ficciones se hacen realidad y se tornan peligrosas.

En medio de su atormentado y ridículo sufrimiento, Eugen se deja seducir por mujeres maduras mientras persigue infructuosamente a las jovencitas, esta vez como si fuera uno de los más cómicos personajes de Kundera. Vagabundo en una ciudad que no es la suya, conoce a una extraña comunidad presidida por un maestro genial y a una bibliotecaria de aspecto angélico que, discreta y mágicamente, le ayuda a comprender y a convivir con las grandes preguntas de la existencia.

¿Contra la juventud? Sí, porque a esa edad uno sólo es el pensamiento que ocupa la mente y el corazón: la posesión amorosa. Contra la juventud porque los ideales se disparan en esa edad hasta cotas lejanísimas y grotescas. Contra la juventud porque la inexperiencia siembra, necesariamente, devastación. Y contra la juventud, en fin, porque ningún joven es todavía él mismo, sino sólo quien le gustaría ser. No, definitivamente no es un honor ser joven. La juventud: esa etapa de ensayos y de errores.

Con ironía y compasión, Pablo d’Ors ha escrito una novela sobre el joven que todos somos o hemos sido, un libro que es espejo y ventana al mismo tiempo y que, como Kafka deseaba para sus textos, nos despierta como un puñetazo en la cara. Una poética narrativa sobre el erotismo y el misticismo. Una obra sobre lo cerca que está lo que buscamos lejos, sobre el veneno de la soledad y la necesidad de la impostura, sobre ese punto de la vida, tan demoledor como constructivo, en el que el regreso ya no es posible.
Esta novela corrosiva y llena de vida no sólo trata sobre matrimonios felices (más bien lo contrario), sino también sobre el poder de la amistad a través del tiempo y de las miserias, de todo tipo, que muchas mujeres han tenido que soportar durante siglos… Así, la voz de Cate, que nos habla siempre desde un tono grave y por ello al tiempo algo ingenuo, se alterna con la de Baba, que con su desenvoltura y sarcasmo nos hace reír… y también pensar. Ambas nos guían a través de los pequeños y grandes momentos de la existencia hasta un maravilloso epílogo, tan real, según los tópicos, como la vida misma.