Mistralia, de Eugenio Fuentes (ed. Tusquets, 2015) es la última novela de la serie policíaca protagonizada por el detective Ricardo Cupido, convertido ya en personaje referente del género negro en nuestro país, un prestigio ganado por méritos propios gracias a una serie que ha ido superándose con cada título publicado.

Después de El nacimiento de Cupido (1993 ), El interior del bosque (1999 ), La sangre de los ángeles (2001), Las manos del pianista (2003), Cuerpo a cuerpo (2007 ) y Contrarreloj (2009), llega Mistralia, otra aventura situada en Breda, la ciudad inventada por el autor y situada en el norte de Extremadura. Allí es donde desarrolla su trabajo de investigador el protagonista, desde que consiguió redimirse y reconducir su vida por caminos legales y productivos para la sociedad.

En esta ocasión se va a enfrentar a un caso relacionado con los intereses empresariales y las energías renovables, abordando un debate y una problemática de la mayor actualidad en nuestra sociedad. La empresa de Mistralia se encuentra en un momento crucial de expansión de su parque eólico situadoen  la Sierra Ufana, un proyecto que ha despertado los odios y las rencillas de los vecinos de Breda.

En un momento en el que las energías renovables son atacadas y criticadas por las subvenciones que reciben, la empresa aborda un proyecto de ampliación del parque con el que está en juego su futuro. Pero entonces aparece ahorcada en uno de sus molinos de energía eólica Esther Duarte González, la ingeniera encargada de llevar hacia delante el proyecto.

Todo apunta a que ha sido un suicidio aunque también hay indicios para sospechar de un asesinato. La empresa necesita que la muerte se aclare cuanto antes y dejar vía libre para la continuación de la ampliación, por lo que contrata los servicios de Ricardo Cupido para que investigue y averigüe la verdad sobre la muerte de la ingeniera.

El detective se sumerge así en un caso en el que se encontrará persiguiendo un fantasma y es que la persona de Esther se presentará con múltiples matices y secretos que tendrá que desvelar. Se encontrará también con los entresijos, luchas, rivalidades y oscuros movimientos dentro de la empresa y con los altercados provocados por una pareja de ecologistas que se niega a vender su propiedad, poniendo en riesgo la viabilidad del proyecto.

Cupido contará con la inestimable ayuda del Alkalino, su peculiar complemento y con la colaboración de la ingeniera encargada de sustituir a Esther, una mujer por la que se sentirá atraído y que le sumergirá también en una red de secretos y de complejas relaciones sentimentales que condicionan el caso.

Fiel a su método tenaz, persistente, racional, alejado de intuiciones e impulsos en los que no creía, el protagonista se dispone a poner en orden todos los datos, palabras e imágenes que irá recopilando a lo largo de la investigación para terminar encajándolos en su lugar, como hacía siempre. Pero no cuenta con la dificultad que supone que por primera vez sea una empresa y no una persona quien le haya contratado. Los hombres tienen actitudes y comportamientos que, por excéntricos o retorcidos que puedan resultar, siempre acaban mostrando cierta lógica o sentimientos. Pero esto resultará mucho más complicado al no tratarse de persona, sino de una empresa.

Y así, paso a paso, iremos siguiendo al protagonista en una investigación con fuertes implicaciones personales y sentimentales, en la que se irán desvelando secretos, se abordarán problemáticas y debates actuales y, como colofón, el autor nos sorprenderá con un final atípico y valiente.