Bartleby, el escribiente de Herman Melville, ilustrado por Stéphane Poulin

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‘Bartleby, el escribiente’ (Alianza) del americano Herman Melville autor de ‘Moby Dick’ es una deliciosa comedia. Pan, para el hambriento; agua, para el sediento; y pastel, para el goloso. Eso es ‘Bartleby, el escribiente’. Eso y muchas cosas más. La figura del narrador protagonista de la historia en la que Bartleby, el escribiente hace acto de presencia, nunca mejor dicho, es lo que le da el punto de exquisitez a esta comedia que no deja de tener un trasfondo inquietante y perturbador. Este  narrador, el abogado propietario de un despacho en Wall Street, es al relato como el fuego en la chimenea de una casa. Es refugio y abrigo donde es imposible no estar a gusto.

Abrigarse y disfrutar con ‘Bartleby, el escribiente’ es fácil, es como andar por casa. Herman Melville escribió una historia inteligente, perdurable en el tiempo, humilde y sincera. Magníficos son los personajes que trabajan en el despacho como copistas de leyes o escribientes, magníficos y divertidos incluso absurdos pero  entrañables, ellos: Turkey, Nippers y Ginger Nut y sus comportamientos son el ánima del relato, son el todo, los secundarios perfectos que le dan al relato la agilidad adecuada, para albergar la llegada del extraño Bartleby y que la historia sea de una comicidad aplastante.

Bartleby se presenta en el despacho del abogado, dónde éste le da trabajo de copista, y en principio Bartleby  resulta ser un copista diligente, no habla, no se distrae, sólo copia y copia un documento tras otro. El abogado está fascinado pues ha contratado a un copista ejemplar, el problema llega cuando Bartleby, empieza a negarse a realizar otras tareas que no sean copiar, con un tajante: «Preferiría no hacerlo». Frase contundente que desarma al abogado, le acobarda y le induce a ser complaciente con Bartleby sin saber porqué. Con prontitud se contagia a los otros copistas del despacho y al propio abogado el verbo “preferir” y se inserta en su habla de manera sutil provocando la risa del lector. Pero todo esto tan solo es el principio de la comedia, la situación llega a extremos de comedia en mayúsculas cuando el extraño y lacónico Bartleby decide que no va a escribir más.

Con una más que extraordinaria edición bellísima y a lo grande, Alianza,  ofrece para estas Navidades a ‘Bartleby, el escribiente ’, y eso es ofrecer una historia llena de despropósitos que divertirá al lector, y cuya carcajada resonara en los años y en las bibliotecas.

 Además  ha escogido a la ilustradora canadiense Stéphane Poulin para que le dé a la narración los trazos adecuados que rematan la exquisitez de la historia;  convirtiendo así a uno de los títulos más originales de toda la literatura universal en un enorme, atractivo y selecto regalo para colocar bajo el árbol en esta Navidad.

Reseñado por María Aixa Sanz

Escrito por Herman Melville e ilustrado por Stéphane Poulin

Herman Melville nació en Nueva York, el 1 de agosto de 1819.Es uno de los más importantes escritores de la literatura estadounidense.Trabajo primeramente embarcado, luego fue profesor, y viajó en 1841, durante un año y medio por los mares del sur en un barco ballenero, hasta que desembarcó en las islas Marquesas donde vivió un mes entre los caníbales.

Cuando escapó, fue a  Tahití, luego a Honolulú (Hawai).

Desde 1844 dejó de navegar y se dedicó a escribir novelas relatando sus experiencias en los barcos marinos.

En 1850 se radicó en Massachusetts, en una granja cerca de Pittsfield, allí cultivó una íntima amistad con Nathaniel Hawthorne, éste escritor influenció en Melville. A él dedicó su obra maestra, Moby Dick o la ballena blanca (1851).

Melville falleció el 28 de septiembre de 1891 en Nueva York (EEUU).

Ficha técnica

  • Páginas: 68
  • Publicación: Octubre 2014
  • Precio: 18,50€
“Preferiría no hacerlo” es una frase que insistentemente repite “Bartleby el escribiente”, uno de los personajes más insólitos y obstinados en la historia de la literatura, protagonista del relato de Herman Melville, que tanta influencia ejerciera en escritores posteriores. Un cuento que muchos han creído precursor del existencialismo y antecedente de algunos de los temas de Franz Kafka.Wall Street, 1850. Un abogado trabaja con sus dos copistas, Turkey y Nippers, y el chico de los recados, Ginger Nut, de manera tranquila y rutinaria, cuando el incremento de trabajo le obliga a buscar ayuda adicional. En respuesta a su demanda, aparece una mañana un joven de figura pálidamente pulcra, lamentablemente decorosa e incurablemente desamparada… Es BARTLEBY.

Esta cuidadísima edición se acompaña de unas excelentes ilustraciones de Stéphane Poulin, artista y escritor canadiense ganador de numerosos premios.