En este libro se sumergen en los entresijos de un medio que nos acompaña durante varias horas al día pero de cuyas vivencias los telespectadores sabemos muy poco. Los autores nos proponen un recorrido plagado de anécdotas y curiosidades que dará respuesta a interesantes preguntas como estas, ¿Quién la inventó? ¿Qué tuvo que ver con el triunfo de Kennedy sobre Nixon? ¿Qué matrimonio televisivo unió al ron Bacardi con los cigarrillos Chesterfield? ¿Quién puso en marcha La ruleta de la fortuna? ¿Qué tienen en común Ingmar Bergman y Dallas? ¿Por qué el llanto de un bebé originó El show de Bill Cosby? ¿Cómo surgió el proyecto que después se convertiría en la exitosa serie Friends? ¿Qué tuvo que ver Adolfo Suárez con el mejor programa de la televisión en España?
El recorrido comienza por sus orígenes, presentando dos versiones diferentes sobre los inventores de la televisión, algo que será común a la hora de intentar identificar la autoría de ideas y proyectos ya que, según afirman los autores, “en televisión no siempre es fácil saber quién inventó las cosas”. Las razones de estas dificultades se encuentran en la colectividad del trabajo televisivo que está formado por la suma de muchas aportaciones diferentes, “una creación que muchas personas comparten, desde guionistas, que lanzan la idea, a técnicos, presentadores, financieros o promotores y en la cual todos ellos son imprescindibles para que el programa en cuestión llegue a los televidentes”.
A continuación asistimos a toda una sucesión de momentos e ideas geniales que han dado luchar a muchos de los programas que han marcado la historia de la televisión. El libro alterna las referencias a la televisión en Estados Unidos y en España, pasando también por Reino Unido. Descubriremos los comienzos de los diferentes formatos que hoy día siguen siendo la base de la programación: shows, concursos, informativos, deportes, series, comedias o culebrones. Con nostalgia iremos conociendo los comienzos de series míticas como “Hombre rico, hombre pobre”, “Falcon Crest”, “Perdidos”, “El fugitivo”, “M.A.S.H.”, “House”, “CSI”, “Los Soprano”, “Cheers”, “Friends”, “La Hora de Bill Cosby”, “Canción Triste de Hill Street”, “Farmacia de Guardia”, “Médico de Familia”, “Los Simpson” o “Cuéntame cómo pasó”, entre otras muchas, así como realities como “Operación Triunfo” o “Gran Hermano”.
Descubriremos que las estrategias de competencia entre cadenas no es algo nuevo, también conoceremos a los precursores de formatos e ideas que han sobrevivido al paso de los años. Resulta curioso comprobar cómo la serie “Dallas” fue pionera en los finales abiertos de temporada o en recuperar personajes que habían fallecido en anteriores episodios.
Estamos ante un libro que rescata una parte importante de nuestra historia que va ligada a un medio que, nos guste o no, ha marcado nuestras vidas y que, según los autores del libro, lo seguirá haciendo durante mucho tiempo. Frente a los que auguran un negro futuro a la televisión por el auge de internet y las redes sociales, ellos presentan un discurso optimista, asegurando que “si la televisión continúa siendo el origen de las mejores historias, aquellas que hacen soñar, emocionarse y divertirse a los espectadores, su futuro no corre riesgo alguno”.
Pero no todo es idílico en este mundo y creo que queda en manos del telespectador filtrar los contenidos que nos presenta la televisión y convertirse en administrador responsable del tiempo que pasa frente a la pantalla y de los programas que ve. ¿Qué criterio seguir en la selección? Creo que las referencias que el libro hace de uno de los muchos rostros televisivos que aparecen en sus páginas nos pueden servir de ilustración. Al recordar la figura del recientemente fallecido Emilio Aragón, Miliki, los autores comentan que “Hay una manera de medir el tamaño real de lo que una persona es o significa. Basta con saber si al estar con él o ella nuestra vida mejora o empeora. Si crecemos por dentro o empequeñecemos. Si su compañía llena de interés o tedio el tiempo compartido”. Esto que es aplicable al inolvidable Miliki, podemos hacerlo extensible a todos los contenidos televisivos.
Nada ni nadie nos ha contado tantas historias en las últimas décadas como la televisión, un medio que nos acompaña en torno a cuatro horas al día y de cuyas propias vivencias, sin embargo, sabemos poco. ¿Quién la inventó? ¿Qué tuvo que ver con el triunfo de Kennedy sobre Nixon? ¿Qué matrimonio televisivo unió al ron Bacardi con los cigarrillos Chesterfield? ¿Quién puso en marcha La ruleta de la fortuna? ¿Qué tienen en común Ingmar Bergman y Dallas? ¿Por qué el llanto de un bebé originó El show de Bill Cosby? ¿Cómo surgió el proyecto que después se convertiría en la exitosa serie Friends? ¿Qué tuvo que ver Adolfo Suárez con el mejor programa de la televisión en España?
Televisores cuadrados, ideas redondas cuenta algunos de los hitos de la televisión, en los que aparecen desde los Beatles o Elvis Presley a muchos de los principales rostros de las series y programas más populares de los últimos años, en un viaje que transcurre por comisarías de Chicago, bares de Boston, islas en el Pacífico, cabinas de Madrid, ciudades habitadas por familias de color amarillo y platós de televisión llenos de emociones e ideas que a todos nos han hecho la vida mejor.