El protagonismo de las librerías en éxitos populares como las novelas de Penelope Fitzgerald, Christopher Morley, Marian Izaguirre o Ruiz Zafón es indicativo del atractivo que, como refugio y baluarte contra la intolerancia, ofrecen estos lugares. Sus propietarios, además, aparecen como los guardianes y transmisores del conocimiento en los tiempos más oscuros. Jeremy Mercer añade, con ‘La librería más famosa del mundo’, el componente libertario y combativo al relatar sus vivencias en Shakespeare & Company, un lugar que contiene, como la vida recomenzada, “la infinita promesa de lo desconocido”. Y por si esto no fuera suficiente, la cuidada edición de Malpaso con el toque retro de los cantos tintados, confiere al libro el atractivo añadido de los sugerentes volúmenes que colman las estanterías del famoso comercio parisino.
Mercer se remonta en su relato a los comienzos de la librería a cargo de la americana Sylvia Beach, que contaba con asiduos ilustres como Scott Fitzgerald o Gertrude Stein y que se encargó de publicar el ‘Ulises’ de Joyce. Aunque el personaje principal de su crónica va a ser George Whitman, el aventurero y militante radical que después de recorrer el mundo recaló en París al acabar la guerra, y acabó abriendo en 1951 la tienda en su actual ubicación con vistas a Notre Dame. La librería se va a convertir desde entonces en refugio y hogar de escritores necesitados y gente de paso, además de lugar de reuniones literarias y políticas. Por allí se dejaban caer Henry Miller, Anaïs Nin, William Burroughs o Samuel Beckett, sin contar algún que otro apurado manifestante del Mayo francés.
Cuando llega Mercer con veintiocho años al final de 1999, George tiene ya ochenta y seis. Venía huyendo de Canadá, amenazado por un delincuente al que había comprometido con uno de sus textos, dejando ago un trabajo como periodista de sucesos que le exigía pocos escrúpulos y mucho estómago. Será el azar el que le haga recalar en la librería: un laberinto caótico de estanterías distribuidas por habitaciones y pasillos, donde se puede charlar entre libros de arte antes de irse a dormir rodeado de autores rusos.
Allí conocerá a personajes estrafalarios como el Gaucho cuyas responsabilidades asumirá el narrador a su marcha, Luke el Nocturno, el tatuado y atlético Kurt, el chino Ablimit, ilusionado con un negocio de exportación de patas de pollo, o Simon el poeta, ex alcohólico que lleva cinco años de huésped después de sobrevivir al Londres de los sesenta. No faltan tampoco los personajes femeninos que encandilarán a más de uno: la joven Eve encargada del té de los domingos, o Nadia, una creadora nada convencional.
En el texto de Mercer se acumulan las anécdotas y las aventuras audaces vividas en ese universo aislado que es la librería, como el método para obtener ingresos a costa de los turistas mediante la venta de relatos improvisados ante la tienda, o la heroica defensa de la recaudación del día ante unos ladrones armados. Aunque también hay un tema recurrente en la narración: el futuro del local amenazado por el interés de una empresa hotelera. Y esa preocupación por preservar la librería a salvo de la codicia mercantil es también el deseo de mantener un reducto para un estilo de vida alternativo, una utopía temporal al margen de la maquinaria productiva. Shakespeare & Company es, así, una especie de bandera contra la resignación y un paraíso-útero que antes o después habrá que abandonar, pero quizás con el bagaje necesario para afrontar una carrera literaria o, al menos, para ver el mundo con una mirada distinta.
Les dejo un analisis/reseña de El Extrajero de A. Camus:
https://alestilodecorina.blogspot.com/2014/09/el-extranjero.html
Saludos!